En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. En esta ocasión nos recibió Guillermo Oliveri, Concejal de Baradero, provincia de Buenos Aires.
Gestar: ¿cómo ves la importancia de la irrupción del Papa Francisco en el escenario internacional?
Guillermo Olivieri: la importancia del Papa se expresa a través de las encíclicas. La exhortación apostólica Evangelii Gaudium fue la primera de ellas. Y fijate vos que el pensamiento del Papa en términos de la economía del mundo, de la política del mundo en términos generales, de la sociedad, tiene muy poco que ver con lo que está sucediendo en la Argentina y con lo que va a suceder seguramente en la mayoría de los países de América Latina. Ha sido un crítico muy duro. La visita que hizo a Bolivia y su reunión con los movimientos sociales fue determinante.
Algunos asesores del presidente Macri dicen que no importa lo que el Papa opine, pero yo creo que la semilla que él ha plantado en el mundo y en América Latina en particular más temprano que tarde va a generar apoyos y movimientos de los sectores sociales y de los sectores sindicalizados, porque sin duda alguna, antes cómo cardenal y ahora como Papa, si hay una relación que supo mantener y cultivar ha sido con los dirigentes gremiales, con los delegados de base. Y me parece que la prédica es permanentemente la misma: los recursos humanos, las fuentes de trabajo, los adultos mayores, la niñez, el tema obviamente de la exclusión social. Todo esto en un mundo donde una porción pequeña crece, se enriquece y otra parte del mundo, mucho más grande, decrece, tiene menos valores y menos ingresos. Yo confío en que su pastoreo, su prédica, va a calar hondo. En la Argentina de hecho, a pesar de que no le guste a muchos, porque lo veían como un Papa opositor al gobierno anterior, ahora finalmente termina siendo un hombre que expresa seguramente lo que siempre pensó toda su vida. Lo hace ahora como Sumo Pontífice por lo tanto lo expresa con profunda libertad.
G: ¿qué evaluación hacés de la marcha de este gobierno a nueve meses de gestión en materia económica y social fundamentalmente?
O: mal. A la luz de lo que pasa alrededor nuestro, vecinos, comerciantes, aun empresarios, lo que ha habido son medidas durísimas con una cobertura mediática que pocos gobiernos han tenido, con un apoyo internacional de algunos de los países centrales, sobre todo de Estados Unidos. Más allá de cambios que a lo mejor en términos de la economía del país tenían que hacerse, no han mirado para nada como afectaría eso a los sectores de menos recursos y aun a los sectores medios, con lo cual realmente es difícil de comprender cuál es el camino que quieren desandar.
Por otro lado, tienen una forma de imponer que se expresa en: "yo gobierno, yo hago esto, y todo lo que se hizo de alguna u otra manera lo voy desarmando o destruyendo" y es como que hubiese un corte. No hablo de esa famosa brecha de la que hablan determinados periodistas, pero sí hay como un corte. Hubo un gobierno que con errores y aciertos por supuesto, gobernó durante doce años, que obtuvo conquistas sociales y donde el país, aún con contradicciones, pretendía crecer. De golpe y porrazo en meses y con decretos, modificaciones de un "republicanismo" que pretendía imponer dos hombres en la Corte Suprema sin que pase por los estamentos necesarios, caso del Senado de la Nación, la ley de medios audiovisuales, etc. Eso solo lo puede hacer un gobierno que tiene una cobertura fenomenal en ámbitos como los medios o incluso la justicia, sino es imposible. Pero me parece que la máscara se va cayendo y lo que hoy tenemos es una sociedad que no sabe dónde vamos, cuál es el camino, que cada vez se achica más, y la preocupación es ahora: ¿podré mantener mi trabajo? o ¿podré seguir creciendo como empresa? Es muy común hoy escuchar en las ciudades del interior de la provincia y acá mismo: "bueno, yo me quedo con la economía familiar o me manejo en mi negocio con mi familia, porque la verdad que ya no puedo tener más gente de afuera". Este es el clima que se ha instalado en la Argentina hoy. Yo lo veo realmente oscuro.
G: mencionabas que el gobierno implementa un programa que viene a romper prácticamente con todas las políticas públicas que se siguieron en el gobierno anterior. Esto parece un mal endémico en la Argentina ¿En tu opinión, no se afecta la estabilidad democrática en la medida que se va a generar una legión de excluidos? Y por otra parte, ¿Cuales son las causas, según tu punto de vista, que motivaron la derrota electoral del 2015?
O: la afecta, y te agrego algo más. No solo al gobierno anterior. En realidad atenta contra el concepto que tiene el peronismo. Atenta contra el núcleo central de la política del justicialismo que creó Perón. Porque directamente hay un intento, que no es solapado, pues ya lo han hecho con el radicalismo, de diluir al peronismo, y eso es lo peor que le puede pasar a la Argentina en la medida que el peronismo supo mantenerse, no solo en el poder, también en la oposición, como parte central de la estructura de la sociedad y esto es necesario. Hoy con el radicalismo eso no sucede. Lo que me temo es que nosotros cometamos el error de permitir que suceda también con nosotros. La crisis del 2001 nos hace a todos pensar y repensar cada vez que hay situaciones difíciles de controlar. Me parece que todo el mundo, dirigentes políticos, sindicales y sociales hemos puesto las barbas en remojo porque ese fue un límite para la Argentina, fue un quiebre. ¿Se puede volver a repetir? yo espero que no, pero siempre estamos jugando con el revólver. Y en eso el peronismo tiene que tener la certeza de que puede, aún en la diversidad, mantener coherencia y unidad.
En cuanto a las causas de la derrota electoral, creo que hay varias. Pero mi impresión de primera mano es que no todo el mundo trabajó de la mejor manera y de la misma manera para lograr el triunfo. Me parece que subestimamos al adversario por un lado, no en todos los barrios de toda la república se trabajó con el mismo ahínco, con el mismo fervor, con la misma fe en que íbamos a ganar, trabajando en el mano a mano con el ciudadano, con el vecino. No se hizo eso, y en alguna medida también hubo muchos sectores que colaboraron relativamente poco para que el envión se transformara en triunfo, y hoy lo estamos pagando. Escuchábamos a muchos dirigentes que opinaban en contra de cómo se habían resuelto las elecciones tanto en la provincia como en la Nación. Y evidentemente ahí se cometieron errores también.
El peronismo tendrá que encontrar la manera de ir acercándose a un consenso de cuadros dirigentes pero que termine finalmente en un ordenamiento interno y que también promueva nuevas figura para conducir en el futuro al peronismo.
Creo que lo peor que nos pasó es eso. La disputa en la provincia de Buenos Aires fue innecesaria. Nos ganó alguien que provenía, como todo el macrismo, de la Ciudad de Buenos Aires, que era capitalino y creo que fue un error haber ido a esa elección interna porque se podría haber resuelto de otra manera. Creo que no va en contra de la democracia interna la posibilidad de decir "el mejor candidato que le podemos presentar a la sociedad es fulano de tal o esta fórmula". Lo que iría en contra de esa vida democrática interna es que nosotros bastardeemos o eliminemos la discusión interna, o las reuniones, los plenarios, las asambleas, eso es parte de la vida del peronismo y eso sí que tiene que reeditarse. Surgió la renovación de esa manera no solo acá en la Ciudad de Buenos Aires sino en todo el país a partir de un partido encorsetado encerrado y cuadros dirigentes jóvenes que decían "no flaco, yo quiero opinar también, discutir hacia dónde vamos, etc." Me parece que ese proceso va a ser bueno que se dé en el peronismo ahora, antes de las próximas elecciones legislativas y recordar los errores que se cometieron para llegar a la situación que hoy atravesamos. Creo que más que la fortaleza del adversario fueron nuestros propios problemas internos que ayudaron para que el macrismo hoy pueda regir los destinos del país.
G: en este nuevo proceso, los gobernadores, intendentes, aquellos que tienen construcción y responsabilidad de gobierno territorial ¿crees que debieran ser el eje?
O: los intendentes tienen una responsabilidad primaria pues son la primera línea de batalla. En el caso de la provincia de Buenos Aires tienen que convivir con un gobierno de signo contrario por un lado y después con una demanda permanente de los vecinos. El intendente, más en la provincia de Buenos Aires, es el receptor de prácticamente todas las demandas, sean sociedades más chicas o más grandes, pero en general es así. Y creo que ha habido una renovación importante de intendentes en la Provincia, sin duda alguna.
En el caso de los gobernadores también. Hay varias provincias con jóvenes y cuadros nuevos y me parece que esa es la base. Pero además, insisto, no hay que caer en el sectarismo. Si nosotros nos convertimos en pequeñas sectas, lo que pretendemos para el año próximo y para el 2019 va a ser difícil de completar. La secta no es buena para nada.
G: con respecto a la provincia de Buenos Aires ¿cómo ves la gestión de cambiemos en la Provincia y cuál crees que es el camino para reconstruir el justicialismo en distrito central?
O: hay una gobernadora que es pura imagen sin duda alguna. No estoy haciendo un demérito de eso, pero es una imagen que públicamente los medios más importantes y la alianza Cambiemos intentan imponer como futuro, como candidata a futuro. Pero la mayoría de los cuadros son traídos de la Ciudad de Buenos Aires. Ella misma proviene de la Ciudad de Buenos Aires pues era la vice de Macri. No digo que es la clave, porque no leo el futuro, pero me parece que es necesario transitar con los intendentes de la provincia de Buenos Aires, con los que tienen territorio, por supuesto con los concejales. Por otro lado hay que recuperar las políticas públicas históricas del peronismo y la relación con los ciudadanos. Creo que perdimos en parte por separarnos de la sociedad. Tal vez el tiempo en el gobierno en términos nacionales, provinciales te hace adormecer un poco y en gran medida aburguesar, pero la pérdida del contacto con el ciudadano y su problemática es lo que hay que recuperar. Yo creo que pasa por ahí y por la renovación necesaria que tenemos que darnos el año que viene. Es bueno que haya más cuadros jóvenes participando en las listas, ya sea a concejales, diputados provinciales, etc., y dentro de eso la formación de los cuadros. El tiempo que nos queda es cortito, ya estamos empezando con tiempo de descuento.