En el discurso de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner dando inicio a las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, el 1 de marzo del 2013, se describió con detalle las principales transformaciones que se sucedieron en el período, los principios que las guiaron y las materias pendientes hacia el futuro.
El trabajo como gran organizador social reflejado en el aumento en el empleo, con un 90% más de trabajadores registrados; más jubilaciones y pensiones, la movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo, la enorme ampliación en la cobertura médica a través de PAMI y a través del programa Remedia y Redes, la duplicación en la cantidad de vacunas incluidas en el calendario oficial de vacunación, expresan en forma inexorable que este proceso ha permitido que el país crezca, pero también que sus habitantes hayan mejorado su condición y sean más felices.
Esto es, las transformaciones no fueron sólo económicas, sino también en salud, educación, en mejoras en las universidades públicas, en el ámbito de la cultura, etc. Algunos indicadores simples pueden sintetizar los cambios que se dieron en nuestro país: en 2003, menos del 50% del calzado que se vendía en nuestro país era producido en Argentina, pero en el 2012 fueron el 85%. Argentina llegó en el año 2012 a ser el país de América Latina con más científicos: con 3 cada mil habitantes, mientras que Brasil tiene 1 y Chile 0,7; el nivel de endeudamiento público que disminuyó del 150% del PBI al 45%.
Sin embargo, durante el discurso se hizo referencia también a algunos ejes de las transformaciones que faltan y de los procesos en curso que serán seguramente parte de las prioridades del accionar del Gobierno Nacional. En este sentido, hay tres elementos de enorme importancia estratégica.
En primer lugar, la declaración realizada respecto a que Argentina está dispuesta a pagar a los «fondos buitres», en las mismas condiciones y plazos que se les viene abonando al 93% de los acreedores que entraron en los canjes de deuda. Como sabemos, nuestro país se encuentra en estos momentos en una instancia crucial respecto a la resolución del tema de la deuda externa, en los tribunales de Nuevo York donde los fondos buitres exigen un resarcimiento por el default declarado en el año 2001. No podría ser más clara Cristina al explicar el principio básico que guía la posición Argentina: pagarle más a los fondos buitres que al 93% que entró al canje de deuda voluntaria, además de ser ilegal, representa una estafa y una defraudación a ese 93%, abriría una incertidumbre mundial respecto a cualquier proceso de reestructuración de deuda e implicaría una cadena sin fina de reclamos judiciales hacia el futuro. ¿Esto es lo que se busca?
En segundo lugar, las acciones recientes vinculadas con la causa AMIA. La búsqueda incesante de la verdad y justicia, respecto a ambos atentados terroristas (100Embajada de Israel y AMIA) es el único principio que guía el accionar del gobierno nacional, y personalmente de la Presidenta, que fue miembro de las Comisiones de seguimiento de estas causas, como Diputada Nacional y como Senadora Nacional. Ante una causa que está estancada hace casi siete años, lo más fácil para la Presidenta era continuar el reclamo, inocuo, en la ONU, situación que podría extenderse por décadas. Pero esta Presidenta enfrenta los problemas y no dejará de hacer nada que no crea que pueda ayudar a conocer la verdad. Es el único motivo detrás del memorándum firmado con Irán. La hipocresía está hoy fuera de la Casa Rosada.
En tercer lugar, se presentaron los lineamientos de lo que serán algunos proyectos de ley que se enviarán al Congreso Nacional respecto a la necesidad de democratiza la justicia, de legitimarla. Siguiendo al pie de la letra los preceptos constitucionales, se propone avanzar firmemente mediante varias iniciativas claves: la reforma del Consejo de la Magistratura (100que nombre y remueve a los jueves) según la cual todos sus miembros serán elegidos por voto popular, terminando con el corporativismo vigente, el acceso público a la información sobre las causas, la modificación en la obligación de publicación de declaraciones juradas patrimoniales de los jueves y la reglamentación de las medida cautelares.
Indudablemente, así como el Poder Ejecutivo se renovó a partir del año 2003, mediante la revalorización de la política que logró la gestión de Néstor Kirchner, y el Poder Legislativo renueva sus pergaminos cada dos años mediante elecciones que hoy son más democráticas, transparentes y participativas que nunca (100gracias a la ley de reforma política), el Poder Judicial continua atado a presiones corporativas y a factores económicos, totalmente ajenos a su función en una República.
Por la memoria de los que no están, pero que dieron su vida por nuestro país, y por el futuro de los que vendrán, este proyecto no podría encarar una iniciativa más importante, al cumplir diez años de gobierno.
Instituto Gestar