El 1º de marzo de 1951 se puso en funcionamiento la Escuela Superior Peronista. En la sesión inaugural, Juan Perón planteó cuatro objetivos para la flamante institución:
– desarrollar la doctrina,
– inculcarla en la masa,
– formar cuadros políticos, y
– capacitar a la conducción.
El conjunto de clases dictadas por nuestro líder, luego serían publicadas con el título Conducción Política. También Evita tuvo su lugar en la Escuela, y sus célebres conferencias se editaron como Historia del peronismo.
Perón advierte la necesidad de profundizar en la elaboración y formalización de un discurso comprensivo de la experiencia de sus 5 años de gestión de gobierno.
Es la época de la guerra fría, de apogeo y confrontación entre las dos ideologías hegemónicas en el mundo occidental: el liberalismo capitalista y el socialismo estatista.
Las clases de Perón y de Evita establecen las bases conceptuales de la tercera posición, rechazando ambas ideologías y adoptando, bajo el formato de doctrina, un conjunto de principios simples, criterios valorativos y lineamientos metodológicos para el análisis, apreciación y resolución de situaciones.
En su condición de maestros de la doctrina se esfuerzan por ser didácticos y rigurosos a un mismo tiempo: el justicialismo pretende la misma universalidad que el liberalismo y el socialismo.
Pero lejos de constituirse como sistema deductivo y cerrado, el justicialismo se propone como filosofía de vida, disputando el sentido común de la vida cotidiana. En las palabras de las décadas del 40 y del 50, inculcar o adoctrinar, Perón expresa la necesidad de crear una nueva cultura política nacional encarnada en la comunidad.
En los 60 años transcurridos desde aquellas clases muchos cambios han afectado a la Argentina y el peronismo ha experimentado muchas vicisitudes.
La Constitución Nacional ha establecido en su artículo 38 que el Estado Nacional contribuye al sostenimiento de las actividades de capacitación de los partidos políticos. Diversas iniciativas, desde el ámbito estatal en todos sus niveles y desde los propios partidos, se han puesto en marcha con ese propósito. Muchas de ellas se han concentrado en los aspectos instrumentales, en el aprendizaje y en la incorporación de habilidades técnicas requeridas para la gestión de gobierno.
El 7 de junio de 2010, Néstor Kirchner en su condición de Presidente del Consejo Nacional del Partido Justicialista, encabezó el acto de lanzamiento de GESTAR, Instituto de formación y políticas públicas; heredero natural de aquella Escuela Superior Peronista.
En su discurso puso énfasis en cuatro propósitos fundamentales:
– abrir un debate sincero, calificado y democrático entre los cuadros que protagonizan la transformación de la Argentina iniciada en 2003,
– contribuir a la recreación de un sujeto histórico capaz de sostener en el tiempo las decisiones adoptadas en beneficio de las mayorías nacionales,
– promover y fortalecer una organización dinámica de cuadros renovados,
– elaborar políticas, programas y proyectos que profundicen los cambios adoptados desde 2003 y permitan garantizar transformaciones con gobernabilidad.
Ese es el desafío que tenemos por delante, acompañar a nuestra Presidenta con ideas, sentimientos, militancia y capacidad para alcanzar la justicia social, la independencia económica y soberanía política.