Por: Eugenio Begue
Texto publicado originalmente en Panamá Revista
Juan Pablo Brey es lo suficientemente joven dentro del sindicalismo como para haber ganado la elección como secretario general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes a tan sólo treinta y seis años, en una interna muy reñida, a lo Rosario Central-Newells.
Pero Juampi, como se lo conoce en la jerga sindical, ya tiene un nombre y peso propio dentro del sindicalismo, algo observable dentro de su organización en la atmósfera de identidad y cultura propia que se genera entre su gente .
Conserva la inspiración de haber sido el primero de una camada de jóvenes sindicalistas que llegaron al Secretariado General de su organización. Impecable físicamente, los años parecen no haberle jugado una mala pasada, ni siquiera las condiciones en las que encontró su gremio, con una obra social deficitaria y sin dinero para afrontar los compromisos de pagos. Hoy administra más de 28,000 afiliados en su obra social, que es ahora superavitaria y que transformó un recreo de Tigre con una pileta y un hotel nuevos para los afiliados de su organización.
¿Cuál es tu mirada sobre la relación que debe tener en nuestro país el sindicalismo y los empresarios?
Yo creo que nuestra generación se está dando cuenta que somos lo mismo, mas allá de que uno represente al capital y el otro represente al trabajo ambos nos necesitamos, pero con los empresarios discutimos, nos sentamos en la mesa, en un momento cede uno y en otro momento ceden otros porque si crecen las empresas crecen los trabajadores y si crecen los trabajadores crecen las empresas. Es asi.
¿Cómo se encuentra hoy tu relación con el sector privado o empleador?
Nosotros discutimos por empresa, entonces necesitamos firmar un convenio colectivo por actividad, que es lo que le estamos pidiendo al Ministerio de Transporte.
¿Cómo sería ese convenio?
Nosotros necesitamos regular la aviación. Desde este sindicato nunca hemos dicho “no” a las low cost, nunca hemos dicho que se vayan, lo que decimos es “no se vayan, pero regulémoslas”. Para eso necesitamos el compromiso del Estado para establecer un piso de condiciones laborales que hoy no están.
¿Crees que la dirigencia política, sindical y empresaria se debe una profunda discusión, con tensión, pero discusión, de como salimos de todos estos años sin crecimiento poniendo por delante la creación de empleo y la producción?
Yo creo que la Argentina se debe una discusión seria dejando de lado las especulaciones. En nuestro caso desde la organización que represento estamos dispuestos a discutir todo.
¿Qué significa discutir todo?
Nosotros queremos estar en la mesa que se toman las decisiones. Yo no descarto nada de lo que me vienen a proponer y querer discutir, de hecho hicimos una fusión entre Aerolíneas y Austral en el medio de la pandemia abriendo los dos convenios colectivos de trabajo entendiendo que era lo mejor para todos y hemos sacado cosas buenas tanto para la empresa como para el trabajador.
Sos un dirigente sindical de la nueva camada, pero a su vez con ciertos años de experiencia como Secretario General de tu gremio y en la mesa directiva de la Confederación Argentina del Trabajo (CGT) Y de la Confederación de Transporte (CATT). ¿Te gustaría hablar o poner arriba de la mesa ciertos temas que hoy no se ponen?
Y hay temas que son temas tabú. Por ejemplo, lo que hablamos antes nosotros, nuestra generación está observando que el empresario no es el enemigo, sino que tiene que ser un aliado obviamente que tendremos muchos temas de discordia que puntos de acuerdo, pero tenemos que dialogar y buscar puntos de acuerdo cediendo de un lado y del otro.
El segundo tema es que nuestros discursos terminan oliendo a naftalina y nos quedamos muchas veces hablando de la retórica peronista, del general Perón que fue el hombre más importante para los trabajadores, pero nos olvidamos de hacer peronismo. Hagamos peronismo y que lo conozcan por lo que le hemos brindado a los trabajadores más jóvenes.
¿La dirigencia sindical debe participar de los procesos políticos de nuestro país o crees que debe colaborar, pero desde su actividad sindical?
Yo creo que los dirigentes sindicales estamos acostumbrados a gestionar y que con nuestras organizaciones lo hacemos bien. Entonces por qué no poder ocupar cargos dentro de la política y gestionar desde ahí.