por Florencia Kosiner Vanni
Seis años atrás, un 3 de junio
dijimos basta. Hartas, mujeres y disidencias, salimos a marchar porque nos
estaban matando.
Fue por el femicidio de Chiara, una
santafesina de 14 años, asesinada por su novio, y encontrada al día siguiente;
fue por Chiara y en nombre de tantas otras mujeres y disidencias, que se
organizaron marchas a nivel nacional, en su mayoría convocadas por redes
sociales, donde empezamos a gritar, en un abrazo sororo: Ni una menos, vivas y
libres nos queremos.
A pesar de los años que pasaron, de
la fuerza que cobró el movimiento feminista y de los avances que logramos
juntas y juntes, todavía en el año 2020, existió un femicidio cada 35 horas. No
son estadísticas, no son números, son vidas que se sigue cobrando el
patriarcado.
El movimiento de mujeres vino a
interpelar a los Poderes del Estado, a exigirles la implementación de políticas
que dieran respuestas ante tanta violencia y desigualdad.
Así fue que comenzó a legislarse en
este sentido, y que logramos que se aprueben leyes como la Paridad de Género en
ámbitos de Representación Política, que se implementen las capacitaciones
obligatorias en materia de género con la Ley Micaela, que se aprobara la
legalización del aborto, entre otras.
Nuestra fuerza política también
comprendió la gravedad de esta realidad. En este sentido, nuestro presidente
Alberto Fernández, al asumir, tuvo la voluntad política de crear el Ministerio
de las Mujeres, Género y Diversidad, se creó la Dirección de Economía, Igualdad
y Género dentro del Ministerio de Economía, y entre las últimas políticas
llevadas adelante se encuentra la implementación del cupo laboral trans.
Pero hoy también está siendo
interpelado por el movimiento de mujeres, el Poder Judicial. Sus resoluciones sin perspectiva de género y
la falta de respuesta en diversos casos, hizo que se levantaran nuevos
reclamos, entre ellos los de una urgente Reforma Judicial Feminista.
Desde los feminismos consideramos que
para luchar contra las desigualdades y violencias, es necesario un Poder
Judicial más democrático, transparente y con perspectiva de género.
A seis años del primer #NiUnaMenos,
reivindicamos la construcción de un colectivo que le dice basta a la violencia
machista, que entiende que lo personal es también político y que a la
transformación de esta realidad va a llevarla adelante a través de la política.
Porque el feminismo es también justicia social.
Por todo esto, desde el Ateneo de
Mujeres Peronistas gritamos: Vivas, libres y desendeudadas nos queremos.