1 de julio de 2024
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A 50 AÑOS, NO TE QUEDES AFUERA DE PERÓN

A 50 AÑOS, NO TE QUEDES AFUERA DE PERÓN

Por: Anibal Torretta

Hace 50 años pasaba a la inmortalidad el conductor estratégico de América Latina, el hombre que cambió el rumbo de un País rico (como les gusta decir a algunos), que en realidad era un pueblo empobrecido, sin derechos sociales, sin movilidad social ascendente, sin felicidad, un país colonial que Juan Domingo Perón transformó en una patria soberana, con un pueblo libre, esa verdadera libertad que es la que se da en comunidad.

Quiero cambiar la expresión “a 50 años de su muerte” por “a cincuenta años de su vida”, porque fue enorme, fructífera, y que perdura en una doctrina que aún no ha sido superada. La misma que  nace  en un mundo convulsionado y en cierto modo con muchos actores y situaciones que se ven hoy como “parecidas a la etapa preperonista”, y que vuelve a ser el camino a tomar, o a retomar.

En la etapa preperonista el país se encontraba en manos de una oligarquía, no la tecnocrática financiera, sino  la agroexportadora. Hoy, un modelo oligárquico financiero se hizo con el poder a partir del voto popular al que burla sistemáticamente. Mientras tanto, a nivel internacional las llamadas extremas derechas ganan elecciones en sus diversas versiones generando una sensación de retroceso de una democracia endeble que no logra solucionar los problemas del pueblo, provocando grandes migraciones mundiales, guerras y tensiones  internacionales, intentos de golpes de estado ,etc. Estas similitudes sociológicas, en lo interior y en lo exterior, hacen que la filosofía que fue la solución para esa época en nuestro país  –me refiero a ni más ni menos que Perón, su Doctrina y su Gobierno, su Política Social y su Política Económica de Industrialización– sean hoy una luz de esperanza para la Argentina, caída en un régimen que se dice anarco capitalista , pero que es una burda imitación del videlismo con Martinez de Hoz, de Cavallo, y sus demás versiones (ni siquiera se parecen a Roca a quienes buscan emular, ya que no tienen la visión conservadora del nacionalismo territorial, estos dirigentes entregan todo).

¿Por qué hago este desarrollo? Porque Perón es Realización, y creí conveniente abordarlo desde ese lugar de Futuro y Realización (para otros abordajes muy interesantes recomiendo las notas del profesor Juan Pablo Kryskowski, el Dr. Francisco Pestanha y  Facundo Giampaolo, de recientes elaboraciones y de lecturas imprescindibles). Sigo: decían “Muerto el perro se acabó la rabia”, y no fue así. Por lo visto, los gorilas se encargaron de dos cosas: la primera fue que el peronismo se agrande con el correr del tiempo, porque fue y es lo único que se aplicó con éxito en Argentina, la segunda es que ellos mismos generan las condiciones objetivas que nos retrotraen a las décadas infames del preperonsimo, generando que indefectiblemente vuelva a ser el peronismo la solución a la catástrofe que está comenzando, y que dejará el régimen gobernante más allá de cuál sea el desenlace del mismo.

Ahora, para volver no alcanza con ganar una elección, sino que hay que recuperar la esencia. Algunos quisieron inventar un peronismo social de mercado, nada más ilógico que lo que se aplicó desde su versión de los años 90´ , y que culminó con la crisis terrible del 2001 cuando gobernaba la Alianza, de la que participaban muchos que hoy integran el gobierno libertario: un gobierno inoperante, servil y colonial, además de corrupto. Posteriormente, el peronismo se hace cargo del poder, con Rodriguez Saá primero y la seguidilla que termina con Duhalde y el triunfo posterior de Néstor. Luego Cristina  comienza un repunte de obtención de derechos, de recuperación de la política y el regreso de acciones peronistas que se fueron aplicando de manera fuerte primero y quizás más tibiamente después. Van apareciendo, luego, decisiones  progresistas que pretendieron ser una versión original del peronismo, pero que no resultaron  bien. Luego llegó Macri y el FMI  (al que nunca se suscribió Perón) , endeudando a la Nación por decenas de miles de millones de dólares y el retroceso social, problemas que posteriormente  Alberto Fernández no pudo resolver más allá de tratar la pandemia con políticas acertadas, quien además desempeña un gobierno que llega con el voto peronista pero que se plantea socialdemócrata, es decir todo un berenjenal , y si algo no era Perón, justamente, era ser un berenjenal sin claridad ideológico doctrinaria (y menos aún en cuanto a las realizaciones concretas a favor del pueblo). Por caso, fijémonos una solo cosa fundamental y estratégica: ningún gobierno democrático desde 1983 a la fecha terminó con el flagelo de la Ley de Entidades Financieras, es decir que no fueron a fondo a donde había que ir, a donde hubiera ido Perón. 

El primero de mayo de 1974, en un mundo y un país convulsionados, con fuertes presiones externas, el General da a conocer el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, que no fue ni improvisado, ni falto de ideas claras, sino que fue fue un modelo superador.

En situaciones con cierta similitud, el General actuaba distinto a como se actúa hoy, y no se justificaba en los horrores del pasado, sólo los mencionaba. El resolvía, y siempre basado en dos cosas: la realidad y la doctrina. No solo la idea, como hace el progresismo, ni  la realidad sin doctrina como hacen los pragmáticos salvajes. Tampoco con doctrinas foráneas, materialistas y coloniales, como hace por ejemplo el Régimen actual.

Perón, por otro lado, hablaba en sus inicios con los muchachos de Forja, mientras que hoy se desprecia el concepto de una política nacional y a quienes la difunden, observándose un pragmatismo de toma y daca, “te doy una ley  que entrega la patria por el financiamiento de una obra pública”. Ahí no hay peronismo, eso no  lo haría  Perón, como tampoco despreciaría la formación de sus cuadros. No sería tibio al momento de definir una Argentina industrial, que crezca al abrigo de exportaciones de materias primas, pero con el control estatal, con protección del medioambiente, el límite a la ganancia, y la reinversión de los ingresos en el desarrollo de un país tecnológico e industrial, un país que sea verdaderamente dueño  de su mar territorial y ríos interiores, para lo que se requiere un ejército poderoso y con sentido nacional , cercano además,  al pueblo .

Perón no  se pelearía con todos los líderes externos, ni negociaría por afecto ideológico, sino en protección de los intereses del pueblo y de la patria, y seguro trataría de hacerlo en bloque con los países de la región, menos aún permitiendo que megaempresas sean las que negocien directamente sin intervención estatal. Aunque Perón no era, como se cree, un súper estatista, nada que ver.

Por eso, para volver es menester una conducción estratégica del movimiento. El General lo plantea meses antes de morir, que debíamos avanzar hacia una conducción colegiada, que es más difícil pero que es la correcta, y que debe estar compuesta POR PERONISTAS. Después, las alianzas electorales seguro deberán ser más amplias pero con el debido cuidado de quienes la integran, ya que luego terminamos con los Cobos decidiendo por nosotros, y vaya si hoy los tenemos: basta con mirar la construcción de los consensos para la ley Bases (bases para la destrucción nacional). Traidores los hubo siempre, pero tengamos un poquito más de cuidado, un tatuaje, una simpatía, una integración partidaria, no son garantía de lealtad, es muy chato todo.

En la actualidad no hay nada superador al peronismo: la Comunidad Organizada, el Modelo  Argentino para el Proyecto Nacional, la Política de Ecología Humana de Francisco. No hay que seguir intentando aventuras, no hay tercer movimiento histórico, déjense de joder: está el Peronismo. Terminemos con los candidatos coacheados, empecemos con los dirigentes formados y probados en la fragua de la lucha cotidiana. Terminemos con los dirigentes que tienen un peronismo vergonzante, que son versiones light de un movimiento que es revolucionario en sus resultados y en sus planteos: somos lo que somos o no seremos absolutamente nada, o peor aún seremos otra cosa.

La conformación  de la restructuración del peronismo requiere de la difusión doctrinaria, el posicionamiento político de peronistas que no hayan claudicado de los principios fundamentales y la conducción por dirigentes cuyos compromisos, que son reales y que existen en la vida política, no los limiten a tomar las decisiones que se tienen que tomar en los momentos decisivos. En síntesis, que sean verdaderos patriotas. Sin eso, no hay destino y no habrá Perón en el poder, habrá Perón en el pueblo re-sembrándose en los barrios, fábricas, talleres, universidades, colegios, etc. Si la dirigencia no participa en ese proceso, serán entonces esas nuevas generaciones las que tomen la conducción del Movimiento Peronista. Ello sería por parte de quienes hoy estamos en algún estamento de conducción, un desperdicio y un egoísmo, porque estamos en condiciones de transmitir la experiencia vivida, pero se habrá perdido un tiempo preciado que está en manos de los y las dirigentes. No será responsabilidad de los nuevos cuadros y nuevos dirigentes la demora, sino de quienes detentando los resortes de poder, no quisieron o no pudieron seguir el camino marcado por  Perón.

Hoy, Perón diría de nuevo “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mí es la palabra del pueblo argentino”. Hoy el pueblo argentino nos dijo “muchachos, hagan lo que tienen que hacer”, pero en ese reclamo le entregó el poder a un nuevo coloniaje, de un régimen cuasi tiránico cuya legitimidad se sustenta en la complicidad de sectores de todos los partidos. Pero reitero, ese retorno al coloniaje preperonista nos da la oportunidad que tuvieron los muchachos de FORJA de dar la batalla cultural, construir la reorganización política del Movimiento Nacional, encuadrar dirigentes nuevos (como  los que acompañaron a Perón empujados por la sabiduría de los  mayores) y definir  una conducción estratégica con un primus inter pares que pueda conducir. 

Perón no es maquillaje electoralista, Perón es certezas. Recordar a Perón a cincuenta años de su máximo sacrificio (volver a la patria y entregar años de vida tranquila en pos de la pacificación nacional y de legar un modelo de país, hecho que le valió su propia existencia) es comprometerse, es decir la verdad que cada uno lleva en su conciencia, es militar a diario, por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria. Perón no está solo en los bustos, los cuadros, los libros. Si quieren saber donde esta Perón, pregunten a un niño pobre que quiere para su vida, y hagan lo que ese niño les dice. Pregunten a un trabajador como quiere vivir, y háganle caso. Pregunten a un militante de base que quiere de sus dirigentes y escúchenlo. Perón no prometió nada y lo dio todo. Sigamos su ejemplo, porque siempre habrá quienes al igual que por Evita, recojan su nombre y lo lleven como bandera a la victoria. No te quedes afuera de esa victoria, no te quedes afuera de Perón.  

Compañero Aníbal Torretta.

 

 

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