6 de marzo de 2017
Instituto Gestar

Apertura de la asamblea legislativa. Discurso con mucho marketing y poca política

El objetivo principal de los discursos de inauguración de la asamblea legislativa de los presidentes, deberían ser, por un lado, llevar adelante un repaso exhaustivo de los resultados de la gestión, con datos estadísticos rigurosos, y por otra parte  explicar cuáles serán los ejes a desarrollar de cara al futuro. Es decir, qué estrategias tiene para enfrentar los problemas que padecemos los argentinos y qué tipo de políticas públicas planean desarrollar a corto, mediano y largo plazo.  

En el segundo discurso de inauguración de la asamblea legislativa, Macri estuvo lejos de cumplir con esas expectativas. No brindó un informe serio de lo que se hizo y hubo pocos anuncios concretos de lo que se hará. En ningún pasaje del discurso expuso cuál es el proyecto de país que quiere desarrollar. No hubo respuestas ni propuestas acerca de cómo encauzar el difícil momento que atraviesa el pais.

Al igual que en la campaña electoral, la estrategia fue apelar al futuro, como cuando prometía pobreza cero, ola de inversiones extranjeras, aumento del empleo, y grandes obras de infraestructura, entre otras. Durante toda la exposición el presidente buscó instalar un mensaje positivo, y como sucedió durante el 2016 con la supuesta reactivación de la economía y lluvia de inversiones, la estrategia discursiva está enmarcada en seguir dilatando los plazos del cumplimiento de las promesas.

En un pasaje afirmó: "estamos logrando cambios, sentando las bases que el país se merece", y aseguró que “se está construyendo la estructura fundamental que nos contenga a todos, a los argentinos del presente y del futuro. Superamos lo más difícil de esta transición. El país está cambiando. Argentina se está poniendo de pie". Como nos tienen acostumbrados los funcionarios de la Alianza PRO-radicalismo, abusan del marketing y los eslóganes vacios. Detrás de todas esas frases mágicas, no hay política, justamente es a lo que ellos apuntan, vaciar el contenido de la misma y no explicar cómo alcanzar esas metas.

En otro pasaje del discurso dijo que “superamos lo más difícil de esta transición y el país está cambiando. Aparecen las señales de una mejora en la economía. El 2017 será, estoy seguro, mejor que el año anterior”. De esta forma, se justifica asegurando que los problemas económicos del 2016 fueron producto de la herencia recibida y mostrar como un éxito las metas previstas para el 2017, comparándolas con el desastre económico que ellos mismos produjeron en su primer año de gestión.

Al no poder respaldarse en logros de su gestión, ni en algún acierto de todas las promesas realizadas en sus primeros quince meses al frente del Ejecutivo, apeló a llevar adelante un discurso de campaña. Todas las frases fueron pensadas para polarizar con la gestión anterior.

La realidad es que, desde que asumieron no hay ningún indicador social o económico que no arroje números preocupantes, comparados con el 2015. La producción, el consumo, la pérdida del poder adquisitivo, el desempleo, la pobreza e indigencia, entre otros.

No mencionó como se planea revertir el bajón del consumo, ni por qué nos endeudamos a un ritmo de 50 mil millones de dólares por año, no se nombró la palabra industria ni siquiera una vez, evidenciando que no hay plan para el sector de la economía que más y mejor empleo genera en nuestro pais.

Nuevamente pide que confiemos en que en algún momento la reactivación y las inversiones van a llegar, mientras tanto los que dependen de ingresos mensuales fijos deben aguantar.

Al éxito económico que si hizo referencia, fue a los aumentos de las cosechas de maíz y trigo. La realidad es que los únicos privilegiados con este record de cosecha que se muestra como un acierto, son las grandes empresas exportadoras, mientras que la eliminación de las retenciones, combinado con la brusca devaluación del año anterior, golpeó fuerte al mercado interno y las economías regionales. Sino como se puede explicar que con record de cosecha de trigo, el kilo de pan se haya elevado a 50 pesos.

En definitiva, estos datos evidencian que los que vienen siendo beneficiados con este tipo de políticas públicas, son unas pocas ramas de la producción (100las que generan menos empleo) y a los estratos más altos de la sociedad.

En cuanto a la agenda legislativa anunció la publicación de “dos decretos sobre juicios y contrataciones para la gestión de conflictos de intereses”. En un intento por dejar atrás los reiterados conflictos de interés que sacuden a su administración. Dos de los más recientes ligados directamente a Mauricio Macri y familia: la condonación de la deuda por el Correo Argentino y la habilitación para operar a la empresa Avianca, perteneciente a la familia Macri.

En cuanto a la justicia, dijo: “nuestra Justicia necesita cambiar. Creemos en una Justicia independiente, que dé respuesta rápida a la gente”. El presidente habla de justicia independiente y al mismo tiempo desde el Gobierno piden el juicio  político a dos camaristas laborales que avalaron la paritaria bancaria.

El cierre del discurso estuvo enmarcado en atribuirle una fuerte carga emotiva, “los sentimientos, las emociones son lo más real que tenemos” dijo. “Me emociona, realmente me emociona mucho cada vez que veo que somos millones los argentinos que creemos en lo que estamos haciendo, que creemos que el cambio es posible”, sostuvo Macri y remató con las promesas de un futuro mejor: “la Argentina se está poniendo de pie. Por eso, hoy más que nunca tenemos que confiar en nuestra capacidad de hacer juntos, en nuestra capacidad de hacer, en el entusiasmo de hacer”.

Sería bueno que se explique cuál es el cambio posible del que tanto habla el presidente, cuáles son los aciertos y logros de gestión de la Argentina que se puso de pie a la que hace referencia. Los argentinos necesitamos menos eslóganes y promesas vacías, es necesario que le plantee a la sociedad qué proyecto tiene para la industria nacional, para la ciencia y tecnología, la educación, la salud, la obra pública y como recuperar la fuerte caída del mercado interno.

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