Es lamentable la actitud política de un Jefe de Gobierno que ha hecho de la victimización su única herramienta de gestión desde que asumió en el cargo. Desde antes de asumir la primera jefatura de la Capital Federal solicita que se avance en la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. En los últimos años hubo avances. Pero tanto para el odio como el amor, al menos siempre son necesarias dos partes. Nunca hubo contrapartida por parte de Mauricio Macri ni su fuerza política para avanzar maduramente en ese sentido. No es fácil, son casi 200 años de disputas históricas acerca del rol de la Capital Federal las que hay que remontar.
Para gobernar es necesario hacerse cargo, no cabe otra posibilidad. Podemos hablar de infinidades de habilidades de un buen gobernante, pero sin lugar a dudas hay una sola condición necesaria y suficiente: asumir las responsabilidades. Hacerse cargo implica honrar la palabra, pensar en los millones de personas sobre las que a diario se deciden cosas, pensar a futuro y establecer planes de gobierno, y un largo etcétera.
Como si haber escapado ayer de las responsabilidades mediante conferencia de prensa fuera poco, hoy utilizó el espacio institucional de dar a conocer el estado de la gestión de su gobierno ante la Legislatura (100en la apertura de un nuevo período de sesiones ordinarias) como tribuna para seguir publicando sus lamentos y hacer lo que dijo que ayer no podía: mentir. Pero no solo le miente a los que no lo quieren, le miente a los propios y utilizando las instituciones de la democracia.
Al querer devolver los subtes a la Nación bajo infantiles excusas -algo que jurídicamente no puede hacerse-, los 15 minutos que duró su alocución fueron de lamentos y mentiras. Lamentos que están cuidadosamente estudiados, pero que seguramente cansan incluso a sus más fervientes militantes. Mentiras porque asegura que no hubo inversión en Subtes por parte del Estado Nacional, cuando hay una obra de ampliación de una de las líneas que está ejecutando el gobierno encabezado por nuestra Presidenta a dos cuadras de la Jefatura de Gobierno: o necesita un oculista o definitivamente tiene por deporte insultar nuestra inteligencia.
El conjunto de frases inconexas que delineó en su discurso estaba plagado de frases “políticamente correctas” con el fin de orientar percepciones, porque hechos no puede demostrar. Algunos ejemplos: “queremos trabajar en equipo”; “trabajar por la unidad de los argentinos”; “los invito a trabajar juntos”. Estas cuestiones son loables, pero una cosa es decir lo que se quiere hacer y otra muy difícil y que conlleva trabajo, es decir las cosas que se hacen.
El gobierno nacional siempre ha optado por el segundo camino, el más arduo, pero también el más lindo. Nadie en su sano juicio puede imaginar que Néstor Kirchner o Cristina Fernández de Kirchner hubieran rechazado pagar la deuda externa defaulteada, bajar el desempleo, la pobreza y la indigencia porque era difícil o porque no había dinero en las arcas del Estado. Lo que ha pasado en Argentina desde 2003 es gestión, es peronismo, es HACER. Este hacerse cargo provocó que los indicadores sociales que hoy tenemos sigan bajando (100los malos) y subiendo (100los buenos).
Macri desde una postura en donde pretende que la Nación (100o sea la Ciudad de Buenos Aires y 23 provincias) le financie la seguridad y los subsidios en los subtes habló de que en la Argentina no hay un verdadero federalismo. Esto además de una contradicción pone blanco sobre negro la profunda ignorancia acerca del ejercicio del federalismo.
Sin embargo el gobierno nacional es coherente: se prorrogará por 30 días más la presencia de la Policía Federal en los subtes y se seguirá intentando que en este mes por delante el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pueda hacerse cargo, al menos, del control de un servicio público de transporte que se circunscribe exclusivamente a su jurisdicción. No es mucho pedir, pero conlleva verdadera voluntad de trabajo, articulación y gestión; capitales que hasta el momento el gobierno de Macri no ha puesto sobre la mesa.
Pablo Salinas
@SalinasPabloJ
