Históricamente, los grandes centros urbanos son los que concentran la mayor cantidad de población y, en principio, la mayor cantidad de habitantes de clase media.
En la actualidad, los problemas que afrontan las grandes ciudades abarcan lo habitacional, en sentido amplio, el acceso a agua potable y cloacas, la inseguridad, el transporte y el ambiente, entre otros.
En este marco, es necesario entender que todos los desajustes políticos, económicos, sociales y culturales tienen su manifestación concreta en la vida urbana, porque esta es la expresión totalizadora de la vida cotidiana de la mayoría de las personas, de las familias y de los pueblos.
Desde que Macri asumió la presidencia, el Gobierno tomó diferentes medidas que encuadran perfectamente en un plan de ajuste como los que ya padeció nuestro país en otras ocasiones producto de gobiernos liberales. Se trata, nuevamente, de un modelo económico y social de especulación financiera, desindustrialización y endeudamiento externo. Un “gobierno para ricos” como el que propone Cambiemos tiene como consecuencia directa la desintegración social.
A diferencia, nuestro posicionamiento político apunta a construir y afianzar una fuerte integración social de la mano del desarrollo industrial del país, tal como lo hizo Perón.
Desde nuestro rol de oposición, el contexto nos exige retomar las banderas del peronismo, actualizar nuestra doctrina y reflexionar acerca de las demandas propias de un tiempo que avanza a pasos vertiginosos y sobre las cuales el gobierno de Cambiemos hace la vista gorda.