En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. En esta ocasión nos recibió Franco La Porta, Congresal Nacional del Partido Justicialista y referente de San Miguel.
Gestar: como dirigente de provincia de Buenos Aires ¿cuál es tu visión de la gestión provincial en estos primeros meses?
Franco La Porta: en principio gracias por la invitación. Creo que hay una idea que se ha instalado fuertemente a través de una palabra que tiene que ver con el cambio, que generó una expectativa enorme en algún momento de la campaña electoral, pero lo que hoy está pasando, es que muchos de los que apostaron a ese cambio comienzan a ver que no era el que ellos individualmente se planteaban en su interior. Hay otra porción que todavía sigue confiando que esa transformación puede llegar a darse, pero claramente no se ha evidenciado un cambio importante en términos de lo que significa la calidad de vida de la gente. A su vez, algunas cosas que nuestro gobierno había hecho muy bien intentaron bastardearlas y otras cosas que no se habían hecho bien y que había que modificar o corregir quedaron sin soluciones.
Cuando uno habla con un vecino de cualquier lugar de la provincia de Buenos Aires, éste emite rápidamente dos mensajes muy importantes: que la calidad de vida que tenía hace un año atrás hoy ha empeorado y que el temor de que esa situación siga desmejorando está latente, con lo cual ahí tenés dos cosas muy importantes. Primero, que hay algo objetivo, que es el desmejoramiento de la situación individual y segundo que la expectativa hacia adelante no parece ser la mejor. Me parece que ahí está aquello a lo que hay que ponerle atención. Después, puntualmente uno puede decir "bueno la inseguridad es un problema que viene de hace muchísimos años, que lamentablemente es una deuda de la política" y también del peronismo.
G: vos sos un dirigente de San Miguel pero que conoce con profundidad el conurbano, ¿cómo ves la situación social en este momento?
FL: la situación social se ha enrarecido mucho, no solamente en el conurbano, sino en general en la Argentina. Algunos datos lo demuestran, voy a hacer mención a dos nada más: el observatorio de la UCA dijo hace poco que en los primeros tres meses del año se habían incrementado los pobres en 1.400.000 casos más. Es decir que por cada minuto que pasa, hay diez pobres más en la Argentina. O sea que nosotros estamos acá hablando durante diez minutos y se incrementaron en cien los pobres de la Argentina. Ese es un dato muy significativo. Y el otro dato que también empezó a circular hace muy poco es que por cada hora que pasa hay veinte desocupados más. Esto impacta fuertemente en la situación social, sobre todo en las dos cuestiones que ya mencioné: la gente ha desmejorado su calidad de vida y la expectativa de volver a re encauzarse no está. Queda sobre todo el miedo, el temor a perder el empleo, una situación económica que lleva a la gente a ser más cautelosa, más conservadora, y no ve que en el futuro las cosas puedan mejorar. Nosotros tenemos que hacer nuestra propia autocrítica y tratar de constituirnos como una alternativa superadora.
G: en este contexto ¿cómo ves al peronismo?
FL: al peronismo lo veo convulsionado, con distintas visiones, no encontrando todavía el norte. ¿Por qué? Porque hemos pasado por una situación muy difícil, una situación que no hemos vivido nunca que es haber perdido la Nación, haber perdido la provincia de Buenos Aires, en muchos casos haber perdido muchos municipios, y en otros casos no poder recuperarlos. Eso nos ha generado una situación de convulsión muy importante y no es para menos porque las expectativas estaban puestas en darle continuidad a las cosas que estaban bien y mejorar otras que no estaban realizándose correctamente o que había que mejorar o que había que ampliar. En estos últimos meses hubo muchas discusiones. Hay un proceso de autocrítica, de discusión interna. Creo que hoy el peronismo tiene que volver a encausarse y a reconfigurarse dentro de esta nueva realidad, y esta nueva realidad tiene claramente otros actores. Si nos remitimos a la provincia de Buenos Aires hay un grupo importante de intendentes nuevos que han logrado ganar en sus municipios, en algunos lugares han logrado inclusive vencer a muchos compañeros que también eran peronistas y que venían hace muchísimos años gobernando esos municipios. Esto merece una reflexión aparte, si era bueno que se queden tantos años en una gestión local, que yo creo que no.
G: con el peronismo fragmentado en la provincia muchos compañeros plantean que hay dos cuestiones nodales de cara al futuro. Una vinculada a la recreación de nuevos liderazgos y otra relacionada con la necesidad de articular un nuevo discurso para la sociedad, una nueva propuesta aunque basada en las banderas históricas del peronismo, ¿cuál es tu opinión?
FL: me parece que estamos en una gran discusión, que tenemos que definir cuál es el objetivo en el corto, en el mediano y largo plazo. Se puede simbolizar como si fuera estar en la base de una Y: o definimos transitar por un camino consistente en la discusión ideológica, la discusión doctrinaria, la discusión de alguna manera de la filosofía o el dogma de la política, cosa que está muy bien, pero sabiendo que es un camino que no nos va a permitir en el corto plazo armar una estrategia electoral para ganar. O transitar el otro camino, que se basa en ser más pragmático, pensar que tenemos que armar una estrategia para volver a recuperar el poder, y que el 2017 es la antesala de la recuperación del poder en el 2019 y que en ese camino que tenemos que transitar todos tenemos que entender cuál es el nivel de responsabilidad que tenemos hoy, no el que teníamos hace un año atrás. Porque probablemente haya muchos que el año pasado tenían mucha responsabilidad y que tomaban gran parte de las decisiones que después terminaban afectandonos positiva o negativamente a todos, y que hoy tienen que tener un nivel de responsabilidad menor en la toma de esas decisiones. Y de la misma manera había compañeros que no tenían nada de responsabilidad y que lograron ganar en sus municipios y hoy representan un poder político muy significativo que naturalmente, les guste a ellos o no, tienen que tomar una relevancia y una responsabilidad muy importante. Esta reconfiguración la tenemos que entender todos. Otro lado, el concepto de la unidad no significa amontonamiento, ni tampoco tirar a todos por la ventana. El sistema de comunicación con la gente debe ser diferente, la metodología debe ser diferente, probablemente los que comuniquen tienen que ser diferentes, tienen que ser otros compañeros y así poder instalar una agenda. Si no logramos instalar una agenda que le importe a los vecinos de la provincia de Buenos Aires y de la Argentina y no empezamos a hablar de los problemas que los afectan no podremos mostrar que reconstruimos un proyecto político que genere expectativa.
G: ¿qué estrategia sería conveniente para trabajar el año que viene?
FL: hay que pensar en la problemática que cada uno tiene en su propio municipio pues cada uno tiene su problemática particular. San Miguel tiene sus problemas que seguramente son diferentes a los de otros municipios de la provincia de Buenos Aires. Por tanto, cada uno tiene que tener una agenda local muy basada en los temas que tienen que ver con los vecinos de su distrito y esa agenda local tiene que ser encauzada en un proyecto provincial y nacional para que la gente pueda ver que ese proyecto nacional y provincial lo beneficia. Otro aspecto fundamental es la comunicación con el vecino debe ser una comunicación que le debe llegar al vecino, hacerlo partícipe del proyecto político que uno plantea, porque sino el vecino es un simple espectador y como simple espectador solamente puede ver una campaña electoral. Me parece que en estos nuevos tiempos tenemos que lograr de alguna manera que ese vecino participe, y directa o indirectamente se involucre en un proyecto político para que ese proyecto político pueda penetrar fuertemente en lo que es la cuestión social, la cuestión cultural, la cuestión de idiosincracia de esa comunidad.
G: la relación entre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense históricamente ha sido conflictiva y rara vez se ha logrado coordinar alguna política común entre ambos distritos. El hecho de que el gobierno nacional, provincial y el de ciudad de Buenos Aires pertenezcan al mismo signo político ¿ha mostrado algún cambio?
FL: la provincia de Buenos Aires está dividida en dos sectores. Por un lado, tenemos el interior de la provincia, demarcado por la ruta 6 hacia adentro que mira y depende mucho de las políticas que se llevan adelante desde la ciudad de La Plata. Y por otro tenemos el conurbano que lamentablemente mira hacia Balcarce 50, está atento a las políticas nacionales porque los afecta mucho más que las cuestiones provinciales. Por ejemplo, las políticas implementadas por el gobierno nacional en materia de servicios públicos o de políticas sociales, afectan directamente al habitante del conurbano. Entonces es absolutamente necesario que esa coordinación funcione. Nunca funcionó bien, y por eso los servicios públicos por ejemplo de transporte, energía, tanto eléctrica como de gas, el de saneamiento, llámese de agua potable y de afluentes cloacales. Todas esas cuestiones que son muy comunes, porque en muchos casos hasta los prestadores de los servicios son empresas del Estado o empresas privadas pero que están reguladas por organismos nacionales o federales. Claro que este entramado nunca funcionó como debía. En líneas generales se puede decir que el interior de la provincia se ve menos perjudicado que el conurbano. Lo que está claro es que no hay coordinación, no se enfoca con el mismo criterio la misma temática. Muchas veces, Nación y provincia de Buenos Aires tienen una visión diferente y los municipios tratan de ver cómo atajan los penales en cada uno de los temas, sobre todo cuando no tienen injerencia directa, en términos presupuestarios y hasta en términos jurídicos o legales, pero si tienen la responsabilidad política de dar respuesta a cada uno de los vecinos o de las habitantes donde están gobernando. Por eso los intendentes se quejan mucho de eso, dicen "nosotros somos el primer mostrador, pero somos el primer mostrador de verdad, porque el reclamo de seguridad llega, el de justicia llega, los reclamos sociales, los reclamos de educación, los reclamos de transporte", con independencia de qué jurisdicción maneje el tema o tenga responsabilidad directa. Me parece que ahí hay que apuntar de una vez por todas, a darle autonomía a los municipios. Falta la decisión política, la cual tiene que estar acompañada de los recursos presupuestarios, sino no hay forma de resolver los problemas puntuales.
G: ¿el gobierno provincial, aporta recursos, hace obras o está todo paralizado?
FL: estamos paralizados. El gobierno de la provincia de Buenos Aires siempre tuvo una dependencia de los recursos, de la voluntad y de la decisión política de la Nación. Sigue teniéndola hoy. La tenía en el gobierno anterior, la tenía en el gobierno anterior del anterior, porque estructuralmente la provincia de Buenos Aires tiene un déficit de caja, un déficit presupuestario corriente que es muy importante y por ello nunca alcanza a cubrir con los recursos que tiene la demanda social de infraestructura, de servicios y de contención de programas que el bonaerense necesita. Si miramos el presupuesto provincial y lo dividimos por la cantidad de habitantes que tiene la provincia veremos que esa media es muchísimo más baja que la de Ciudad de Buenos Aires, pero también más baja que la de muchas otras provincias. Esto se debe a los puntos de coparticipación perdidos que nunca se volvieron a recuperar y eso la hace muy dependiente de los recursos nacionales. A partir de ahí siempre estás como atado políticamente y atado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Pero lo más importante para la Argentina debería ser realizar una reforma tributaria importante, tenemos muchos tributos en la Argentina que son muy arcaicos. El sistema tributario argentino ha sido edificado con parche tras otro. Cada impuesto, cada tasa, se queda para siempre. Podemos hablar del impuesto a los sellos, del impuesto al cheque o del impuesto a las ganancias. El impuesto a las ganancias es nacional y 60 años que estamos en emergencia y la gente no sabe esto. Es un impuesto que debería recaudar cada provincia y por una cuestión de emergencia económica, que en todos los presupuestos de la Nación se incorpora, sigue estando a cargo de la nación. Me parece que la gran justicia social de estos tiempos sería hacer una reforma tributaria progresiva que se base en dar más potestad a los primeros estamentos del Estado que son los municipios, para después ir escalando hasta lograr que la Nación tenga por supuesto el presupuesto que precisa, pero que los municipios y las provincias no sean mendigos de la Nación, porque si no, decimos que tenemos un sistema federal pero en la práctica no se corresponde porque no hay recursos para sostener ese sistema federal del que habla la Constitución
G: como hombre perteneciente a la nueva generación ¿entendés que el peronismo sigue vigente, que sigue siendo una alternativa para la sociedad?
FL: sí, por supuesto. El peronismo tiene arraigado fuertemente en el pueblo argentino la concepción de la representación de todo un espectro social que va desde los más humildes, los trabajadores, los comerciantes, los empleados, el nivel del empresario PyME, tanto del sector agropecuario como del sector industrial. Representamos todo un espectro que tiene que ver con un modelo educativo para que sea alcanzado por un montón de argentinos que antes no podían alcanzarlo. Todo eso lo representa el peronismo. El tema es si los dirigentes políticos que estamos en este momento en el peronismo estamos a la altura de las circunstancias para plantear un proyecto político que justamente represente todo eso. Y no nos confundamos en querer representar otra cosa, no vaya a ser cosa que terminemos no representando nada porque los que tenemos que ir a representar no somos claros en el mensaje, en el discurso y en la propuesta política que tiene que tener el peronismo.