El 1 de noviembre de 2016, el portal de la BBC en español estimaba que el problema del endeudamiento argentino podría convertirse en “el talón de Aquiles del gobierno de Macri”. Es que en los doce primeros meses de esta gestión neoliberal la deuda pública ya había aumentado en U$S 35 mil millones (100cuadro 1).
Transcurrido el primer semestre de 2017, las estimaciones de deuda para el cierre del año siguen creciendo: podría alcanzar en diciembre U$S 325 mil millones (10036% por encima de 2015) con proyecciones para 2018 que indicarían un nivel de deuda de U$S 400 mil millones (10067,5% por encima del stock de deuda que dejó la administración anterior, ver cuadro 2).
Las proyecciones incluidas por el Poder Ejecutivo Nacional en el proyecto de Ley de Presupuesto 2017, indican que la evolución anual de la relación Deuda Pública Neta/PBI en dólares corrientes, llegaría en 2018 a 0,735. Es decir que el stock de deuda representaría el 73,5% del PBI a finales de ese año.
Una perspectiva muy gráfica y representativa para dimensionar el stock de deuda es su comparación con la evolución del sector más dinámico de nuestra economía: el agropecuario y agroindustrial (100el cuadro 3 refleja dicha comparativa).
Suponiendo que logremos la cosecha récord que pronostica el gobierno nacional para esta campaña y un crecimiento aún mayor para la próxima, de cumplirse las proyecciones asumidas en el cuadro 1, en 2018 se necesitarían completas 7,09 cosechas para pagar toda la deuda pública argentina. Es decir, un 46% más que las 4,85 cosechas que se requerían en 2015 (100*). Por razones de simplicidad del análisis se tomó un precio medio constante por tonelada de U$S 400, que fue el precio registrado en 2015. Si se usaran, para el cálculo, los precios estimados para la actualidad y la tendencia a la baja para la próxima temporada, tendríamos un panorama aún peor.
La relación se agrava al recordar que la deuda es pública, pero “las vaquitas son ajenas” y que el Estado, como corresponde, solo dispone de una parte del producto de cada cosecha, a través de la recaudación tributaria. El cuadro 4 refleja la misma perspectiva teniendo en cuenta los dos impuestos más relevantes: derechos de exportación e impuesto a las ganancias. Como resultante, si en 2015 se necesitaba la recaudación de 24 cosechas para poder pagar la deuda pública (100poco más de una generación), en 2017 se requieren 46 cosechas (100más de dos generaciones). Si seguimos así, para finales del año próximo tendremos una deuda que se podrá pagar recién con 59 cosechas, el producto de casi tres generaciones.
Así el campo, motor del desarrollo del país, como lo describe con insistencia esta gestión de la Alianza Cambiemos, nos da una pista sobre quienes deberán cargar sobre sus espaldas nuestro endeudamiento. Será sobre el trabajo de nuestros hijos, nuestros nietos y bisnietos sobre quienes carguemos esta pesada herencia que constituye el brutal y creciente endeudamiento público del gobierno de Mauricio Macri.
Cuadro 1: Evolución anual de la Deuda Pública Neta (100DPN)
Fuente: Ministerio de Finanzas y Proyecciones privadas
Cuadro 2: Relación DPN/PBI
Fuente: Ministerio de Economía; Ministerio de Finanzas y Proyecciones privadas
Cuadro 3: Relación DPN con el Valor Bruto de la Producción (100VBP) agropecuaria y agroindustrial
Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Agroindustria
Nota: El (100VBP) del complejo agroindustrial argentino (100Columna 3) se calcula a partir del volumen de producción estimado para la cosecha nacional (100Columna 2) y un precio promedio ponderado a valores de 2015 (100400 u$s/ton). En la última columna se vinculan los valores proyectados de DPN (100Columna 2 del cuadro 1) con el VBP agropecuario y agroindustrial estimado (100Columna 3).
Cuadro 4: Relación DPN/recaudación potencial originada en el complejo agroindustrial
Fuente: Elaboración propia.
(100*) Asumiendo para el cálculo del promedio el método de ponderación usado por el BCRA en el Índice de Precios de Materias Primas (100IPMP).