En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. En esta ocasión nos recibió Ariel Sujarchuk, Intendente de Escobar, provincia de Buenos Aires.
Gestar: Ariel, ¿queríamos consultarte sobre cuál es tu evaluación del gobierno nacional en materia económica y social?
Ariel Sujarchuk: yo veo la evolución de los primeros diez meses del Presidente con suma preocupación en materia económica, y también, en algunas cuestiones de la política. Anunciaron que en el segundo semestre comenzaría la recuperación de la economía pero lo cierto es que luego pasó esa reactivación a la segunda mitad del tercer semestre de su gobierno, o sea, a partir de marzo o abril del 2018. Patean de manera constante el momento en que ellos pronostican la recuperación. Ese pronóstico, aun siendo exitoso, no compensa la caída económica de este año: vamos a tener un 46% de inflación. Se hablaba de un nivel de inflación importante, que la había, durante el final del mandato de la presidenta, por más que el ciclo era descendente. Ahora hablan de una inflación contenida. Lo que creo, es que hubo un cambio de paradigma de hacia dónde distribuir y de quién paga los costos de este cambio de modelo de la economía nacional. Por ejemplo, se le traslada lo que fue la quita de subsidios, a los consumidores; pero con un impacto enorme en el comercio, en la industria y en los sectores sociales, que afecta no solamente a las familias, sino también a entidades, como pueden ser las de bien público, clubes de barrio u otras organizaciones sociales. En estos diez meses, no hubo un sector de la economía que se haya beneficiado, salvo el financiero. Las industrias no están mejor. Y no es una opinión subjetiva, yo veo como Intendente que ha caído la recaudación por ingresos brutos, que la facturación que tienen las industrias y el comercio aquí en la provincia de Buenos Aires, también ha caído. El aumento de la recaudación de A.F.I.P., está entre el 31% al 34%, mientras que la inflación está por el 46%, por lo tanto estamos por debajo del nivel inflacionario. El gobierno hizo hincapié en el déficit que tenía, en los últimos meses el gobierno de Cristina; sin embargo, este déficit se incrementó en este año. Y principalmente, lo que no veo es un modelo de país. Yo no digo que me guste o me disguste, ni siquiera lo podemos discutir porque no está ahí presente. Hay un endeudamiento enorme. Este endeudamiento es tan importante que equivale a la deuda tomada entre 1977 y 1983. Además hay que remarcar una situación: ese endeudamiento viene a cubrir déficit operativo y no para invertirse en obras de infraestructura o en programas productivos. Probablemente el año que viene, van a corregir algunas cuestiones, porque no estamos frente a un gobierno que no preste atención a sus propios errores. Pero esas correcciones, si no son profundas y no van realmente en un sentido de abarcar los temas más sensibles de la población, nos van a dejar en el 2018, ante las puertas de un nuevo ajuste, aún más profundo del que se produjo este año. Y para muestra hace falta un botón. Hay que leer Clarín, La Nación, cómo hablan de que los mercados le aceptan al Presidente no profundizar el ajuste en el 2017, para poder tener una elección competitiva, de mitad de término, y sí hacerlo más adelante. Ya vimos que, en el debate anunció muchas cosas que luego no hizo.
G: el gobierno, en varias oportunidades, ha aducido que está en una etapa de aprendizaje, de prueba y error. Mientras tanto, hay datos incontrastables de la economía, por ejemplo, que en diez meses, se han transferido entre veinte y veintidós mil millones de dólares del sector asalariado a los sectores concentrados de la economía. ¿Podemos suponer que el gobierno comete errores o debemos pensar que hay un plan concebido para transferir recursos de un sector a otro?
AS: errores cometemos todos, todos los que gobernamos, todo aquel que hace, se equivoca. Lo que queremos dilucidar con claridad es si el error es metodológico o conceptual. Si el error del impacto tarifario fue una cuestión metodológica, entonces no les salió, porque no dieron los pasos que correspondían, y por eso está la situación tarifaria como está; ahora, si el error fue conceptual y se expresa como: "Nos hemos equivocado en la idea de dar un impacto del 1000% sobre la tarifa de gas y queremos corregir" estamos en otra historia. Si fuera el primer caso, debemos decir que lo mejor es no aprender sobre la marcha sino llegar al gobierno con una idea de país, con proyectos claros que se apliquen y, sobre la marcha, en el campo, digamos, los puedan ajustar. Esos serían errores de implementación. Si son errores conceptuales, bueno, lo que se manifiesta es una diferencia de proyecto político. Yo creo que, en ese sentido, no hay un error. Hay una mirada que entiende que, para que la Argentina sea competitiva hacia el exterior, debe tener salarios bajos, algo parecido a lo que le puede pasar a India. A su vez piensan que el endeudamiento no genera consecuencias negativas a futuro, por lo menos en los próximos diez años ya que la Argentina todavía no está sobre endeudada y por lo tanto, tiene mucho margen. Ese es el camino en el cual, humildemente, veo algunas diferencias. También veo diferencias en las expresiones que tienen los diferentes integrantes del equipo económico del Presidente. Algunos manifiestan que van por todo, otros que van por el medio, otros dicen que van para atrás, bueno, no sé si es una manera de comunicar, expresarse, o una estrategia. Lo que sí creo es que hay que ver con atención qué va a pasar con las industrias; si se va a seguir fomentando la industria nacional y el salario de los trabajadores; si el objetivo es lograr que el mercado interno sea un eje del consumo de los argentinos, como lo fue en los últimos años, o si por el contrario ya no es más el eje, y ahora cuanto menos se consuma, mejor, porque eso genera menos inflación, genera menos exigencias del sector trabajador, amplía los márgenes de competitividad del sector empresario que, exporta sus productos, porque hay poca demanda interna y por tanto sus productos valen poco en el mercado local, y si ello implica que el sector trabajador no tiene fuerzas para demandar mejores ingresos. Ese es un modelo. A ese modelo creo que, nosotros, como peronistas, debemos oponer una alternativa que se exprese como el brazo político y organizado de los trabajadores, del comercio, de la industria y del capital nacional.
G: fuiste elegido como Intendente por uno de los distritos más extensos del conurbano. ¿Cómo encontraste el municipio y cómo inciden las políticas del gobierno de la provincia de Buenos Aires actualmente, sobre lo que vos querés hacer en el municipio?
AS: encontré un municipio con una enorme deuda social. Escobar tiene 330 km2, la Capital Federal tiene 208 km2, pero tenemos 9.100 cuadras de tierra pura. Cada vez que llueve, Escobar queda tapado el barro. Además, unas 1.100 cuadras que sí están asfaltadas, se encuentran muy deterioradas. Nuestro porcentaje de agua y cloacas es muy bajo, tenemos solamente el 23% de la población con agua corriente, y además, con un pésimo servicio como es el de ABSA. En eso también hay que ser claro: hay una deuda que se hereda desde las gestiones anteriores, no solamente municipal, sino también provincial. Por otra parte, tenemos el 11% de la población con cloacas, incluyendo los countries y barrios cerrados, es decir que la población que vive en los barrios del partido de Escobar, prácticamente no tiene cloacas. Es una deuda que estamos trabajando y en ese sentido quiero decir, que venimos trabajando bien con AYSA pues Escobar está a punto de pasar de ABSA a AYSA. Lo que nosotros estamos haciendo, es un proceso de modernización del Estado, en términos de mejorar la eficiencia, trabajar en mejores métodos, en mayor cuidado de los fondos públicos municipales, en cuidar cada peso de los vecinos; ampliar y mejorar la recaudación, cambiar un sistema tributario que es arcaico, por un sistema tributario más racional: que el que más tiene sea el que más paga, o sea, asociar el tributo a la capacidad contributiva de cada uno de los vecinos y no al metro lineal de frente. Los municipios hemos absorbido responsabilidades que, históricamente, no estaban a cargo nuestro: seguridad, salud, temas que tienen que ver con la cuestión social, con atender, en este momento, la enorme demanda social; apuntar a cuestiones de tránsito que, hasta ahora, venían siendo de vialidad nacional o provincial. La gente viene a reclamarle al Intendente y éste no se puede hacer el distraído.
Con la provincia de Buenos Aires tenemos un diálogo muy fluido y la verdad es que queremos más respuestas. No respuestas verbales porque esas están. Lo que pretendemos es hacer eje en nuestra doctrina: “Mejor que decir es hacer”; y que vengan las obras y servicios que estamos demandando. En materia de Seguridad hay mucho por hacer. Necesitamos que se arregle el Hospital de Escobar, que es provincial, que está en un pésimo estado; que el Gobierno Nacional termine el Hospital Bicentenario, que está en Garín, con un 90% de su obra realizada, falta un empujón más, y que se hagan cargo del sostenimiento del hospital. Esa es una definición estructural: si Nación y Provincia van a apoyar la salud pública. Necesitamos más policías, tenemos pocos. Yo sé que no es fácil esto pues lo hablo constantemente con el Ministro de Seguridad, pero necesitamos más policías porque los delitos están aumentando muchísimo. Acá no es cuestión de echarse culpas. También creo que la Seguridad tiene que ser un tema de Estado, sin distinción de banderas políticas, pero quien ejerce en este momento el gobierno, tiene que tomar medidas concretas, y este Intendente va a acompañar todas aquellas que mejoren la seguridad de nuestros vecinos.
Quiero colaborar, y lo estoy haciendo, por ejemplo con el saneamiento de los arroyos. Escobar está rodeado por dos ríos: el Luján y el Paraná, y una cantidad importante de arroyos y afluentes. Nosotros hemos retirado una cantidad de autos viejos, que estaban sobre los arroyos, 70 vehículos, 50.000 toneladas de basura, con eso hicimos posible mitigar el efecto de las inundaciones pero hay mucho más por hacer, y ahí hay obras que están anunciadas que, esperemos que se hagan, lo mismo el arreglo de las rutas 25 y 26, que están en un estado muy deteriorado, y atenta contra la seguridad vial de miles de personas que circulan, que no son solamente de Escobar, pues Escobar es un distrito de tránsito. El sistema de transporte provincial también hay que arreglarlo. Nosotros estamos trabajando con la Región Norte 2, estamos conformando un consorcio, integrado por los municipios de Pilar y Campana, gobernados por Cambiemos, los municipios de Tigre y San Fernando, que son del Frente Renovador y los de Malvinas Argentinas y Escobar, gobernados porel Frente para la Victoria. Los 6 Intendentes trabajamos en conjunto. Lo que queremos es, no solamente diagnosticar problemas, sino aportar soluciones colectivas que mejoren la situación de nuestros vecinos. Esta misma mañana, hablaba con autoridades del CEAMSE por el tema de los residuos sólidos urbanos pues creo que lo podemos trabajar bien en la región y aportar soluciones que mejoren, tanto la limpieza como la disposición de los residuos.
G: ayer en Lobos se reunieron casi todos los Intendentes del peronismo. ¿Cuál fue el objetivo de la reunión y a que consensos llegaron?
AS: la reunión fue muy positiva, yo estoy muy contento. Creo que es una de las mejores reuniones que hemos tenido en estos meses, se habló con sinceridad, se trabajaron muchísimas horas, se abordaron los temas más sensibles: la problemática de seguridad, de narcotráfico, los problemas de infraestructura que estamos teniendo, salud, etc. Y también se trataron cuestiones internas: ¿cómo el peronismo realmente se une?, aprendemos a tener relaciones transversales, o sea, no tenemos una conducción institucional desde la presidencia o la gobernación, que nos ordene; y abordamos diferentes acercamientos en términos de la pertenencia que cada uno tiene. Hubo un primer proceso consistente en juntarnos en diferentes grupos de Intendentes: por afinidad, por cercanía, por diferencias, por historia, por región. Y ahora pasamos a una segunda instancia que culminó con la conformación de una mesa que represente al conjunto de los cincuenta intendentes peronistas, cuya misión inmediata será dialogar con el gobierno nacional y provincial, en función de las obras y el presupuesto, también discutir el endeudamiento que propone la provincia y llevar adelante la postura del peronismo a esta negociación, y a partir de ahí, conformar una metodología de trabajo colectiva, que nos organice en torno al proceso electoral que comienza el año que viene.
G: después de la derrota, el peronismo inició un proceso interno de discusión y buena parte de los dirigentes y de la militancia peronista, ha concluido que es necesario un proceso de renovación. ¿Cómo ves esta etapa que le toca transitar al peronismo?
AS: yo creo que el peronismo es el único espacio político que tiene capacidad de renovarse a sí mismo. Y lo digo desde la sinceridad histórica y también desde la realidad fáctica: existe peronismo sin Perón ya hace muchos años. Va a existir peronismo, luego del gobierno de Néstor y el de Cristina, también. Por otro lado, no existe el Frente Renovador sin la figura de Sergio Massa, o el PRO sin la figura de Macri. Esto sucede porque son espacios nuevos, quizá, con el tiempo puedan evitar esa dependencia pero, si hoy dejaran de ser ellos los actores políticos, su espacio se diluye por completo. En ese sentido, yo pertenezco a una generación de argentinos que nos hemos incorporado a la política, principalmente, cuando Néstor Kirchner le devuelve el sentido a la política y a la militancia. Tenemos también, una nueva mirada sobre la gestión, la participación, la organización territorial. Y creo que nos estamos renovando a nosotros mismos. De hecho, renovarnos no significa dejar a nadie afuera ni tirar gente por la ventana, no es un problema etario, de jóvenes o viejos. Tiene que ver con una renovación de la propuesta política, de tener un nuevo contenido que pueda ser expresado a la sociedad, y que esa expresión sea la que conquiste la mayoría del voto en las próximas elecciones, en el 2017 y, fundamentalmente, en el 2019. Ese es el sentido de renovación permanente que tiene el peronismo, hoy bajo la figura del Frente para la Victoria, o la figura política o electoral con que nos encuentre las próximas elecciones. Creo que ese contenido, falló en la última pelea electoral, no supimos expresar una propuesta de cara al futuro, defendimos mucho lo que hicimos pero no supimos cómo transmitir qué era lo que queríamos hacer. Y ahora hay un nuevo contenido, expresado por el PRO. Ese contenido tiene un Dios, que es el superávit. Ellos, en función del superávit, creen que hay que hacer ajustes, probablemente algunos tengan razonabilidad, pero la metodología y las consecuencias sociales que traen, a nosotros no nos contiene. Entonces, hay que trabajar sobre esto. Y hay que trabajarlo desde varios lugares. Hoy, desde el rol que nos toca. A mí como Intendente, hablando con la gobernadora, con sus ministros. Explicándoles que nosotros tenemos muchas familias en una situación de necesidades básicas insatisfechas, que por ello hay que trabajar en conjunto. Nosotros no creemos de ninguna manera que “cuanto peor es mejor”. Yo creo que siempre "peor" es peor para todos. A nosotros nos preocupa, con vocación social, la situación de la población. No queremos que haya ninguna situación de conflicto. Y, en realidad, lo que ansiamos es que nuestra población viva mejor. Queremos prevalecer políticamente, no como un espacio opositor sino como un espacio de gobierno, pero mientras nos toca este lugar, hacerlo, justamente, honrando la confianza y el voto popular que nos eligió. Y, a los que nos toca ser oficialismo en nuestras localidades, también siendo un espacio de amplitud política y no de mezquindad política. Creo que también es un mensaje, que no hay que volverse sectario pues nunca un compañero puede ser peor que un adversario. Un cargo no te da el inventario de las buenas ideas, te da más responsabilidad. Lo que realmente hay que entender es que ser dirigente implica saber leer, interpretar la voluntad popular, no claudicar con las convicciones y ser abierto a la participación de todas las expresiones políticas que están dentro del campo nacional y popular. Si vamos en esa dirección estimo que en el futuro nos va a ir muy bien. La renovación se va a dar por sí misma. Se va a dar porque aquellos que tienen mucha experiencia van a generar nuevas ideas, en función de todo el recorrido que tienen. Y aquellos que venimos en un proceso nuevo, debemos ser humildes para escuchar la experiencia acumulada, y aportar esta nueva impronta que traemos al peronismo para confluir en un nuevo proyecto político, que es el que estamos, en este momento, comenzando a crear.
G: Gestar es el Instituto de formación política del Partido Justicialista y ha inaugurado una escuela de gobierno local, que se va a desarrollar los cursos de capacitación en Escobar. ¿Qué opinión tenés sobre la formación política de la militancia y de la dirigencia peronista?
AS: el hecho de que Gestar venga a Escobar, a capacitar a nuestros cuadros políticos, es una definición en sí misma. En mi caso, vengo del área de la Educación. Creo, principalmente, que la Educación es emancipación, es contenido y es la posibilidad de que todos tengamos bien ejercitado este músculo que es el cerebro, en función de poder generar nuevos pensamientos e ideas. Estoy muy contento que Gestar esté aquí presente, porque nosotros queremos formar cuadros políticos, no queremos una militancia obsecuente u obcecada sino al contrario, queremos que nuestra militancia se capacite, pueda reflexionar, pueda aportar un cúmulo de ideas, pueda traducir sus ideas en proyectos y en procesos políticos; y, a su vez, generar nueva militancia. Escobar necesita trabajar intensamente, en la formación de cuadros políticos. Nosotros fomentamos la política como herramienta de transformación social. Estamos convencidos que la capacitación es la herramienta necesaria para que los dirigentes que tenemos, los nuevos dirigentes, y aquellos que vienen de otros procesos, interpreten la nueva realidad política nacional, y del peronismo en particular. Y, a partir de generar una nueva dirigencia, podamos construir este proceso político que empezó el 10 de diciembre, aquí en el distrito. Nosotros venimos a representar un cambio. Ese cambio también incluye la posibilidad de que se incorporen aquellos que pertenecieron a otros procesos políticos, propios del peronismo, que no apoyaron mi candidatura, pero que no dejan de ser peronistas, que no dejan de tener una mirada popular y nacional, que también tienen experiencia en el territorio, que como todos cometieron errores pero también aciertos. Uno no llega a un distrito en blanco. Uno llega a un distrito que ya tiene una historia escrita. Esa historia escrita tiene capítulos interesantes y algunos para mejorar. Entonces hay que tomar todo, porque de los errores también se aprende, y aquello que se hizo bien, tenemos la obligación de continuarlo. Y también encontrar otros sectores sociales: algunos del peronismo que se fueron a otros espacios políticos, algunos del campamento nacional que no son parte del peronismo, sectores del radicalismo que trabajan intensamente en nuestro gobierno, y que aportan de manera decidida al trabajo colectivo. Y entender que, de la diversidad, podemos hacer o un proyecto de fragmentación y segregación, o la suma de inteligencia y buenas ideas que hagan, de esta multiplicidad de colores, un buen cuadro, que sea el que queremos pintar para el partido de Escobar.
G: finalmente, ya transcurrido un tiempo de la derrota electoral. ¿Cuál es tu evaluación sobre sus causas?
AS: no hemos sabido generar una propuesta lo suficientemente atractiva para el electorado, que mostrara cuál era nuestro contenido político para los próximos años. Hemos anclado de manera desequilibrada, en torno de las conquistas logradas en los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina, gobiernos que defiendo, gobiernos que, creo, han sido transformadores en la República Argentina; pero la gente, a la hora de votar te reconoce lo que hiciste pero, esencialmente, quiere saber qué es lo que vas a hacer. En segundo lugar, hemos abusado de cierto mecanismo de segregación dentro de nuestra estructura política. Algunos espacios se sintieron demasiado contenidos y otros demasiado alejados. Yo creo que la conducción tiene la responsabilidad de contener a todos. Es difícil a todos por igual, pero todos tienen que tener un rol si son parte de este proyecto político. En tercer lugar, hemos debilitado internamente a nuestros propios cuadros políticos, antes de la toma de decisión, de quiénes iban a ser los candidatos. El candidato era el proyecto pero el proyecto no supo ser explicitado. Y después, cuando tuvimos los candidatos, no contaron con el respaldo necesario. Pero es una historia que ya pasó. No fue bueno el ejercicio de criticar mucho más a un compañero, que al adversario y al enemigo político. Eso es parte del aprendizaje que hay que dar. Dedicamos más tiempo a criticar a los que pertenecían a nuestra estructura política, con cargos importantísimos, como diputados, ministros, gobernadores que a alentarnos y diferenciarnos de quienes eran nuestros oponentes electorales, políticos o circunstanciales. Si esto lo seguimos haciendo, significa que no aprendimos de la derrota. Si toleramos las diferencias, porque el peronismo también es diversidad, y lo es desde su mismo nacimiento, entonces entenderemos también, que no solamente los peronistas somos los que tenemos el inventario de las buenas ideas y verdades, que existen otros dirigentes, en otros espacios políticos que piensan parecido, que abrazaron, por diferentes circunstancias, a otros líderes políticos como emblema, pero que en la Argentina contemporánea, tienen un proyecto bastante similar al nuestro. Y podemos con ellos, acordar una estrategia de construcción política, de alianza electoral, de conformación de un nuevo contenido, probablemente, seamos aquellos que tengamos, nuevamente, la responsabilidad de gobernar. Pero, para eso, es preciso tener el corazón abierto, dejar de echarnos culpas unos a otros por lo que ya pasó, cerrar las heridas del pasado, y pensar, esencialmente, qué es lo que está queriendo el pueblo argentino en este momento. Nosotros tenemos la obligación de conocer el sentir de los trabajadores. Hay una nueva clase dirigente con cuadros políticos con muchísima formación. Escuchar a los empresarios. Y también interpretar el sentir de la clase media. Una clase media que ascendió en nuestro gobierno y después, nos dejó de votar. Hemos tenido un contenido para un sector que, cuando asumió Néstor, estaba en una situación económicamente muy compleja y al final del mandato de Cristina, logró ese ascenso social que, el peronismo, le dio a la Argentina. Gente que alquilaba y pudo acceder a su departamento, aquella persona que iba en bicicleta, en colectivo y pudo tener su auto, aquellos que no iban de vacaciones y después pudieron hacerlo, aquellos que no soñaban con ir a la universidad y sus hijos ya son universitarios, con las nuevas universidades del conurbano. Y nos dejan de votar. Porque evolucionó mucho más rápido la sociedad que nuestro proyecto. Nosotros no es que tenemos una sola idea, para un solo sector social. Nosotros tenemos que tener un catálogo de ideas que se interrelacionen para todos los sectores sociales de la República Argentina. Tenemos que gobernar para todos los argentinos. Ser sensibles y coherentes, y explicar a todos los sectores sociales y económicos que tenemos un proyecto de Nación que contiene a todos. Debemos expresar que nadie se puede fagocitar al otro y que el Estado es el gran defensor de aquello que más necesitan. Tenemos que hacer ver que si el Estado no está presente, lo que rige es la ley de la selva, donde el más grande se come al más chico. El más chico, en este caso, no son los más numerosos, sino los que menos poder tienen.