La educación es y será siempre la oportunidad de mejorarnos como sujetos sociales y políticos, es el campo en el cual debemos participar si queremos estar capacitados para transformar positivamente la vida de las personas, como militantes, referentes y dirigentes.
Formarnos es nuestra tarea inmediata, hoy más que nunca, en un contexto de cambios y retrocesos a nivel nacional y regional, de avances tecnológicos permanentes y modificaciones de las expectativas de la sociedad.
La formación estuvo siempre vinculada al peronismo – pensemos en el solo ejemplo de la Escuela Superior Peronista, creada en 1950 – y el Justicialismo necesita hoy de cuadros técnicos y políticos formados, para retomar lo mejor de su filosofía y actualizarse en relación a los tiempos que corren. Gestar, nació con ese espíritu, y existen muchos otros espacios a nivel federal que lo comparten. En este sentido, una de las certezas que tomamos como punto de partida es aquella que dice que la JUSTICIA SOCIAL, uno de nuestros principales objetivos, es posible solo con mejores dirigentes, con sincera sensibilidad social y ampliamente capacitados en la administración y la gestión pública.
La dinámica social actual exige que los cuadros políticos se visualicen como potenciales líderes en cada uno de sus espacios, que se capaciten para serlo adquiriendo herramientas teóricas y prácticas que contribuyan a alcanzar una sociedad más justa, libre y soberana.
Creemos que la acción política debe estar siempre orientada a la transformación social, este pequeño axioma forma parte del ADN del peronismo, agente transformador fundamental de la historia de nuestro país. Promediando el siglo XX, el general Perón y su compañera Evita vislumbraron la necesidad de dotar al movimiento de “predicadores” y, sobre todo, de “hacedores”, porque mejor que decir es hacer, realizar con la base de una doctrina humanista, nacional y popular. En aquel marco, con la apertura de los cursos de formación de cuadros intermedios, Perón decía: “Los trabajadores deben formarse, prepararse y educarse en las técnicas y en las artes de la conducción política. No deben nunca olvidar que por encima de sus objetivos gremiales, sectoriales, está la Nación misma, la Patria. Y eso es POLÍTICA con mayúscula. Si lo olvidan, se extravían en el rumbo que deben seguir hacia el futuro”.
Sin lugar a dudas, la gran protagonista de este enorme desafío deberá ser una nueva generación de militantes, jóvenes genuinamente interesados en la política, dispuestos a prepararse para evaluar nuestra situación como país y pensar en alternativas para los problemas y las expectativas actuales.
El futuro de la Argentina requiere que seamos muchos con ganas de participar, predispuestos a aprender, compartir experiencias y comprometidos a trabajar por quienes más lo necesitan. Los tiempos que vienen exigirán un esfuerzo considerable, por esto mismo pensamos que es tiempo de estudiar y formarse, acercándonos a las obras doctrinarias y literarias clásicas, pero también a contenidos modernos y contemporáneos, aprovechando en todo momento las potencialidades de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Necesitamos que florezcan los nuevos cuadros políticos, necesitamos contagiar entusiasmo y abrir expectativas hacia la sociedad.
Estamos de acuerdo con Néstor Kirchner cuando, en la inauguración de nuestro Instituto en el año 2010, señaló que “estamos viviendo tiempos históricos que se renuevan constantemente y desde donde podemos construir un sujeto histórico significativo y transformador”. Vamos en ese camino, a discutir ideas, promover la pluralidad y generar propuestas políticas y de gestión superadoras. Un primer paso es, quizás, una correcta combinación entre la reivindicación del movimiento y la necesaria autocrítica para seguir hacia adelante, con mirada hacia el futuro, porque hay mucho por hacer.
Por último, agregar que en esta etapa la formación técnica puede colaborar a que el Partido Justicialista se mantenga en movimiento, buscando generar representatividad y diseñando nuevas estrategias para participar con éxito en las disputas electorales. Hoy más que nunca, en un paradigma que se postula como posverdadero, afirmamos que la única verdad es la realidad, y compartimos nuestro deseo de encarar juntos el desafío de incorporar los conocimientos necesarios para hacer una lectura lo más certera posible de esta realidad, la de aquí y ahora, para tomar decisiones políticas y seguir trabajando por la grandeza nacional.