Luego de señalar que la Argentina se vino abajo en el Siglo XX a consecuencia de “experimentos de mercado inconsistentes” y por las instrucciones del FMI de recortar drásticamente el gasto gubernamental, lo que ocasionó que, “predeciblemente, la economía se encogiera casi 20% entre 1998 y 2002”, el diario dijo que el país inició su recuperación “sólo cuando dio la espalda a las exigencias de austeridad y declaró el default”, validando así internacionalmente un modelo cuyos resultados “hablan por sí mismos: la economía ha crecido anualmente en más de 6% durante los últimos ocho años, el desempleo se ha bajado a menos de 8% en comparación con el 20% de 2002 y el nivel de pobreza ha caído casi a la mitad durante la última década”.
También expresó cansancio con las reducciones simplistas de “viento de cola” en el mercado de productos primarios para explicar el tremendo auge del país, asegurando que “la Argentina ha recuperado su prosperidad… gracias a medidas económicas inteligentes. El gobierno intervino para mantener bajo el valor de la moneda, lo que impulsa la industria local abaratando las exportaciones argentinas en el exterior y encareciendo las importaciones”.
La Argentina incrementó “el gasto gubernamental a 25% del PIB, pasando de 14% en 2003 y, como resultado, el país ha construido 400,000 unidades habitacionales nuevas para gente de bajos ingresos… y una autopista de 378 kilómetros entre Rosario y Córdoba”, destacó el NYT, quien tampoco pasó por alto el reforzamiento de la red de seguridad social, particularmente la Asignación Universal por Hijo, que además de beneficiar “a 1.9 millones de familias de bajo ingreso… también es probable que mejore el desempeño educativo del país a largo plazo”.
El diario resumió así las lecciones de la Argentina para el mundo: “los recortes extremos en el gasto durante periodos de estancamiento económico sólo inhiben el crecimiento. Y el gasto gubernamental para promover la industria local, los programas de infraestructura para favorecer el empleo y los beneficios para los desempleados… ponen dinero en el bolsillo de los ciudadanos comunes y corrientes, que a su vez lo gastan y estimulan la economía”.
“La cruda diferencia entre las políticas de austeridad y bajo crecimiento de la década de 1990 en la Argentina y el alto crecimiento pro gobierno de la década de 2000 es un caso que demuestra cómo lograr que una economía vuelva a moverse. ¡Washington haría bien en prestarle atención!”, concluyó.
The New York Times es claramente el diario más prestigioso de los EEUU, y uno de los más importantes del mundo. Una nota de estas características seguramente impactará en la imagen que se tiene del país en el exterior. Es evidente que el gobierno nacional, al mando de nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, está siendo presentado en todo el mundo como modelo a seguir, pero nuestros tradicionalistas medios de (100des)información prefieren aferrarse al adagio popular de que “Nadie es profeta en su propia tierra”.
Roberto J. Arias
@RobertoJArias