La mayor parte de lo sectores industriales ya se encuentran con crecimiento (100tabaco, 6,4%; productos textiles, 10,8%; papel y cartón, 4,5%; refinación de petróleo, 2,0% y sustancias y productos químicos, 1,2%; entre otros), mientras que siguen retraídos los sectores vinculados con el completo automotriz. En particular, la producción de vehículos automotores recuperó el nivel de actividad gracias a cierta mejora en la demanda en Brasil, aunque sigue con valores menores a los del año pasado. En el mes de julio el indicador de producción estuvo 2,6% por debajo al mismo mes del año pasado, que si bien expresa una caída está lejos de los valores superiores a -20% que tuvo este indicador los últimos tres meses. En julio se produjeron 65.900 vehículos automotores, con lo cual llevamos en los primeros siete meses una caída acumulada de -14,1%.
El sector construcción, junto con el automotriz, han sido hasta ahora los más afectados por la desaceleración del crecimiento económico que se dio, principalmente, en el segundo trimestre del 2012. La recuperación de las obras viales y de infraestructura, así como el sostenimiento de las construcciones petroleras (100único rubro que creció durante todo el primer semestre del año), junto con el impulso para la construcción de viviendas que implica PROCREAR, podrían significar una solida recuperación de un sector clave por todos los encadenamientos productivos que posee así como por el impacto en el empleo.
El sector externo comenzó a recuperar también el valor de las exportaciones, mientras que las importaciones siguen una evolución de menor dinamismo. Esto ha generado un excedente comercial significativo: en los primeros siete meses, nuestro país tuvo un saldo comercial del $8.350 millones de dólares, un 27,6% más que el mismo periodo del año 2011. La recuperación en la venta de automotores a Brasil durante el mes de julio es una de las señales más alentadoras de los datos de coyuntura. Los altos precios (100cercanos a picos históricos) en el precio del Maíz y de la Soja también son también datos positivos y que están ayudando en la coyuntura.
A pesar de la caída en la producción industrial y en el sector construcción, no hubo un alza del desempleo, lo cual expresa cierta perspectiva positiva para el mediano plazo por parte de los empresarios. La Encuesta Industrial Mensual indica que creció muy levemente la cantidad de obreros ocupados durante el segundo trimestre del 2012, aunque en los últimos meses hubo una caída en la cantidad de horas trabajadas. La semana pasada se dio a conocer la tasa de desempleo del segundo trimestre del 2012 y la misma se mantuvo casi constante, en 7,2%.
Los ingresos salariales han continuado creciendo en forma sostenida, igualmente los haberes jubilatorios del Sistema Integrado Previsional Argentino. El Índice de Salarios (100que mide la evolución de los salarios tanto del trabajo registrado como del no registrado) señalan un crecimiento estable durante todo el primer semestre del 2012 del orden del 28,7%.
A nivel mundial, el segundo trimestre nos muestra a una Europa metida de lleno en una recesión: la caída del nivel de actividad (100-0,4%) es la peor desde el último trimestre del 2009, con el caso de algunos países como Italia y España con peores indicadores (100caídas del 2,5 y del 1% respectivamente). Además del preocupante impacto que tiene la caída en la actividad económica en la sostenibilidad de la deuda pública de estos países, esta larga recesión genera una tragedia social difícil de conmensurar, por las altas de tasas de desempleo que se están verificando (100en España, el desempleo entre los jóvenes supera el 50%). EEUU mantiene un ritmo de crecimiento moderado, pero sostenido (100en el orden del 2%), mientras que China bajó levemente el nivel de crecimiento al 7,8%.
En definitiva, la economía Argentina ha mostrado hasta ahora y una vez más una notable capacidad para sostener el crecimiento y el empleo inclusive ante escenarios externos complejos. El nuevo paradigma que tenemos desde que Néstor se hizo cargo de la presidencia de la Nación el 25 de mayo del 2003 nos dice que lo importante es el empleo y los salarios, ya que son las palancas vitales de la mejora en la distribución del ingreso. Los sistemas financieros y bancarios cumplen un rol de asistencia a los sectores productivos pero no pueden convertirse en la finalidad de la política económica. Una vez más, notamos las importancia del permanente llamado que hace Cristina a abandonar la centralidad de los procesos financiero y a volver a pensar una economía centrada en el ser humano.
Roberto Arias