Simultáneamente encomendó al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que “pida a los Estados miembros y a las organizaciones regionales e internacionales su opinión sobre la búsqueda de la felicidad y el bienestar, y que comunique esas opiniones en el sexagésimo séptimo período de sesiones para examinar la cuestión”.
Es una muy buena noticia porque universaliza así un valor sustancial del pensamiento justicialista, ya que desde su mismo origen el peronismo ha concebido el logro de la felicidad del pueblo como un objetivo político que es a su vez inescindible del logro simultáneo de la grandeza de la nación. De esta manera la ONU ha descalificado en el plano teórico, al menos, al pensamiento individualista y economicista que da sustento al capitalismo salvaje que se desentiende, no solo de la distribución de la riqueza en términos económicos, sino también de la dimensión espiritual que tiene la existencia humana. Al mismo tiempo la ONU, con esta decisión unánime ha puesto en valor y ha ratificado la vigencia histórica del pensamiento justicialista que, como tercera posición filosófica brega desde siempre por una construcción política, económica, social y cultural de las comunidades humanas que armonice y equilibre el derecho de las personas con los derechos colectivos y las necesidades materiales de las personas con sus aspiraciones espirituales.
El desafío para la humanidad será llevar ahora a la práctica en todo el mundo este enfoque holístico del desarrollo que propone la ONU y que es compartido desde su mismo origen por el peronismo.
Mario Bertellotti