El pasado 7 de octubre el Fondo Monetario Internacional emitió el informe Perspectivas de la Economía Mundial, donde realiza una serie de afirmaciones sobre la economía argentina, que fueron ampliamente reproducidas por algunos medios de comunicación dominantes. Según el FMI, la economía argentina continuará en recesión durante el resto del 2014 y el 2015 debido principalmente al “persistente enfrentamiento con los acreedores no aceptantes” (100pag. 57), o sea los fondos buitres.
Para entender esta afirmación debemos considerar en primer lugar que el FMI es un organismo político, que intenta condicionar y orientar la política económica de los países en desarrollo en función de los intereses del capital financiero internacional. El FMI no tiene interés real en el bienestar de la población argentina, ni en la “calidad institucional” del país, ni otros objetivos ampulosos que se establecen. El único interés reside en la posibilidad de que el capital financiero internacional realice negocios con el país. Si está abierta la puerta de estos negocios, el país será bien tratado y las proyecciones serán optimistas, de lo contrario las proyecciones serán pesimistas.
Varios autores han estudiado el condicionamiento político de las “proyecciones económicas” del FMI. Por ejemplo, en el documento ¿Pronóstico político? Proyecciones de crecimiento desacertadas del FMI para Argentina y Venezuela, de Rosnik y Wreisbot, se demuestra que para Argentina desde el año 1998 y hasta el año 2001 (100cuando Argentina tenía un acuerdo de préstamos con el FMI y era un importante emisor de deuda soberana) el FMI sobreestimó el crecimiento del país. A partir del año 2003 asume Néstor la Presidencia y el país comienza a tener una política económica propia, muy alejada de las recomendaciones del FMI. Allí el organismo erra nuevamente las proyecciones, ahora para la baja (100ver cuadro):
Año | Crecimiento Proyectado por el FMI | Crecimiento Real | Diferencia |
1999 | 1,5 | -0,8 | +2,3 |
2000 | 3,7 | -4,4 | +8,1 |
2001 | 2,6 | -10,9 | +13.5 |
2003 | 4,0 | 9,0 | -5,0 |
2004 | 4,0 | 9,2 | -5,2 |
2005 | 4,2 | 8,5 | -4,3 |
Fuente: Rosnik y Wreisbot.
El máximo responsable en el FMI para Argentina (100Director del Hemisferio Occidental) durante la década de 1990 (1001994-2002) era un argentino, el economista Claudio Loser. Fue un enérgico defensor y propulsor de las políticas de ajuste implementadas principalmente durante el gobierno de la Alianza. Ni siquiera el final trágico del modelo neoliberal, con la crisis de 2001, le hizo cambiar de opinión. Por el contrario, en forma muy cínica afirmó en el año 2010 que “fue un error no haber sido más exigente con Argentina” solicitando ajustes fiscales y reformas estructurales al país antes de la crisis del 2001.
Hoy Claudio Loser es un lobista más en el paisaje de negocios oscuros de Washington D.C. Si bien no trabaja más para el FMI, sus jefes siguen siendo los mismos, ya que este año reconoció que colabora para los fondos buitres y en la propia página web de los buitres citan los informes de Loser sobre la economía argentina.
Notemos que el propio FMI un día antes de la emisión del informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial realizó una conferencia donde expresó la preocupación por el impacto de los fallos de Griesa y de la Corte de Apelaciones de Nueva York en los mercados de deuda soberana, ya que la nueva jurisprudencia complicará mucho futuras reestructuraciones. Esto es, el problema con los fallos de Griesa no es solamente de Argentina, sino de todos los países que han emitido deuda con legislación Nueva York en los últimos años, deuda que seguirá vigente hasta que se termine de pagar la última cuota, o dentro de muchas décadas.
Más allá del condicionamiento político de las opiniones del FMI sobre la economía argentina, como sobre cualquier otro país en desarrollo, el argumento respecto a la perspectiva de crecimiento y los fondos buitres es totalmente errado por donde se lo mire. El gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner continua trabajando por el crecimiento económico con inclusión social, en un mundo que no ha terminado de salir de la profunda crisis iniciada en el año 2008. El sostenimiento de la demanda doméstica y la mejora en la distribución del ingreso nunca fueron una prioridad para el FMI, pero sí lo son para este gobierno.
Stanley Fisher, Subdirector Ejecutivo del FMI en el año 2001, cerró un discurso donde evaluaba la situación de Argentina a mediados de ese año con una frase emblemática: “Por último, quiero dejar claro que el FMI está dispuesto a hacer su trabajo, para ayudar a cualquier país miembro que esté dispuesto a adoptar las políticas correctas”.
Sr. Fisher, Sres. del FMI, gracias pero no. Estamos muy bien con nuestras “políticas erradas”, ya que con sus “políticas correctas” ya probamos y nos fue muy mal, demasiado mal. Estamos convencidos que “hay vida después del Fondo”.
Roberto Arias
Instituto Gestar