por Pablo Salinas
Coordinador del Área de Formación Política de Gestar
El filósofo español José Ortega y Gasset ha dejado muchos legados a la humanidad, los cuales no son el objetivo de este artículo. Sin embargo, fue uno de los pensadores que le puso palabras a un modo de comprender la realidad con el cual estoy de acuerdo: el perspectivismo. Para no aburrir al lector, se simplifica en que cada uno tiene un punto de vista desde el cual percibe los hechos que suceden y las ideas que se expresan; de este modo, nadie es dueño de la verdad absoluta y es posible que podamos discutir sobre una misma idea desde distintos enfoques, aun cuando estos sean antagónicos. En definitiva, considero que es una buena base para comprender la política.
No obstante, el lector desprevenido tiene que saber que el legado de don José fue y es utilizado por grandes gorilas; algo que los peronistas hemos sufrido –y sufrimos– mucho. Y, un poco para utilizar las armas del rival en su contra, acá también lo citamos.
Pero no se asuste el lector, esto no viene de filosofía sino de práctica, táctica y estrategia. La cita de Ortega y Gasset viene a cuento porque fruto de su concepción de la realidad ha dejado una frase que sí nos introduce en el tema con el cual quiero que reflexionemos: “Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”. En tan pocas palabras se resume algo que es muy complicado de hacer: planificar, pensar para adelante, cimentar el futuro. A continuación, siguiendo los postulados del perspectivismo, solamente tomo algunos ejemplos históricos de nuestro país para fundamentar la necesidad imperiosa de la formación de cuadros en algo esencial: pensamiento estratégico, el único que nos lleva a establecer políticas de Estado.
Cuando Juan Domingo Perón resulta electo y comienza su primer período de gobierno da la orden para que se elabore el Primer Plan Quinquenal de la Argentina, que, hasta ese momento, era una novedad en términos de planificación. Dentro de ese primer plan estaban las bases de logros históricos que aún hoy nos sorprenden. Por solo mencionar algunos, estaba la construcción de centrales hidroeléctricas (100nota de color: la obra de Yacyretá comenzó en 1973 en el gobierno de Perón y fue terminada por completo en otro gobierno peronista, el de Cristina Fernández de Kirchner en 2011); rutas y caminos que siguen uniendo nuestro vasto territorio federal; y el nacimiento de un fuerte proceso de industrialización y sustitución de importaciones.
Gracias a la mente adelantada de Perón, la Argentina pudo sentar las bases para numerosos proyectos que incluso hoy son de vanguardia. Uno de los más importantes es, sin dudas, el desarrollo nuclear, una política por la que nuestro país es reconocido mundialmente dado el histórico uso pacífico de esta fuente de energía. Perón creó la Comisión Nacional de Energía Atómica en 1950 y desde allí, con altibajos, se han conseguido importantes avances: se está por finalizar la tercera central nuclear (100Atucha II), se inauguró la obra de la primera central nuclear de potencia diseñada y construida íntegramente en el país (100CAREM 25), se proveyó a otros países de la región y del mundo de tecnología para sus reactores nucleares, como el caso de Australia, Argelia, Egipto y Perú.
Otra de las acciones de avanzada y que nos permiten hoy ser uno de los 28 miembros consultivos del Tratado Antártico fue la presencia permanente en la Antártida. Más allá de algunos antecedentes que datan de principios de siglo, la primera gran misión al continente blanco se llevó a cabo en 1947, así como la primera misión científica en 1951, oportunidad en la cual Perón afirmó que “empresas como ésta aseguran la posesión de nuestros derechos”.
Siguiendo con este arbitrario recuento, no se puede soslayar que el primer antecedente de la industria aeroespacial argentina lo presenta el proyecto del cohete “Martín Fierro”, lanzado ya por la dictadura en 1956. Este proyecto se encontraba dentro de la división de proyectos especiales del Instituto Aerotécnico creado en 1945, que abrigó también los primeros pasos de la aviación a reacción de la Argentina con el proyecto Pulqui. Con relación a este último proyecto, la Argentina fue el primer país de América Latina y el noveno a nivel mundial en construir su propio avión a reacción. Otra creación del peronismo fue Aerolíneas Argentinas en 1950, que luego de vaivenes y peligro de cierre, se recuperó para todos los argentinos en 2008.
En materia educativa y de investigación, el peronismo le ha legado a nuestro país la educación universitaria gratuita pues suprimió en 1949 los aranceles universitarios “para que la enseñanza superior esté al alcance de todos los jóvenes que anhelan ilustrarse para el bien del país” (100Perón). En 1951 el general Perón crea el CONITYC (100Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas), antecedente inmediato del actual CONICET.
Existe una gran cantidad de hechos y políticas con las que se puede seguir graficando la importancia de impulsar y mantener políticas de Estado. Es más, muchos lectores seguramente tendrán opiniones diversas con respecto al éxito o la continuidad de las políticas descriptas. En mi caso estoy convencido de que todas ellas aún permanecen, con las adaptaciones que todo proceso histórico tiene y con los particulares vaivenes de nuestra historia.
La idea es remarcar la importancia de formar la mente y las prácticas de los cuadros políticos en el pensamiento estratégico. Cuando leemos el Manual de Conducción Política de Perón, en muchas ocasiones pensamos que estamos leyendo un tratado sobre táctica y estrategia. Y ese es, a mi entender, uno de los legados más importantes de nuestro líder histórico. Es imposible sostener en nuestra patria nuestras banderas históricas sin reflexionar sobre el futuro y actuar en el presente para sostener los logros y alcanzar nuestras metas, siguiendo un destino claro de Justicia Social con las mejores herramientas en cada momento. Ese es el actuar justicialista de los verdaderos peronistas.
Desde GESTAR fomentamos permanentemente la necesidad de formar cuadros de conducción y recuperar la misión histórica de la Escuela Superior Peronista. Además, es un mandato que nos dejó Néstor Kirchner al crear el Instituto allá por el año 2010, cuando afirmó: “…necesitamos que aparezcan y se fortalezcan los nuevos cuadros, necesitamos que quienes ejercen la función pública o que quienes ejercemos la función pública, no nos burocraticemos en el ejercicio cotidiano de la responsabilidad pública y entendamos que todos los días tenemos que rendir examen para mejorar, para servir más a la patria, más al gobierno, para poder seguir cambiando la Argentina”.
Para este año estamos pensando nuevas herramientas para fortalecer la visión estratégica de las políticas. Debemos continuar el legado de Perón y proyectar otras políticas. También asegurarnos que continúen por muchos años en nuestro país el proceso de industrialización, la educación pública y gratuita, la inversión en el conocimiento, las políticas de inclusión.
Seguramente que la perspectiva desde la que miramos al mundo cada uno de nosotros es diferente. Pero esto es solo un punto de vista, el cual no tiene que hacernos olvidar otra enorme enseñanza del Justicialismo para que podamos concretar nuestros objetivos estratégicos: siempre debemos tener unidad de concepción y unidad de acción. Solo con estos dos elementos podremos construir un presente y un futuro cada vez con más realizaciones.