Como todos los años, este 24 de marzo los organismos de derechos humanos convocan a marchar a la Plaza de Mayo. Por su parte, esta vez, a 42 años del último Golpe cívico-militar, el gobierno nacional no realizará ningún tipo de acto oficial, hecho que denota una postura de desinterés y retroceso frente a las conquistas que el pueblo ha logrado en materia de derechos humanos.
El vaciamiento de las instituciones que lleva a cabo sistemáticamente el Gobierno viene acompañado por el vaciamiento del sentido que determinadas palabras y fechas tienen en nuestra historia y en la construcción de nuestra identidad nacional. Los “derechos humanos” entran en esta lógica de vaciamiento. En primer lugar, deslegitimando, relativizando y cuestionando la dimensión de las luchas y conquistas de los organismos de Derechos humanos y, en segundo lugar, minimizando el significado de Memoria, Verdad y Justicia, con actitudes como esta que se vinculan a otras como la concesión de prisiones domiciliarias a genocidas.
Es por esto que, en un nuevo aniversario del Golpe del ‘76, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo marcharán por un mismo reclamo: el fin de la impunidad en los casos de delitos de lesa humanidad, el rechazo judicial a las prisiones domiciliarias a los represores “y un cambio de modelo político económico”.
En el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el comunicado de prensa de los organismos de derechos humanos llama a reivindicar la lucha de los 30.000 desaparecidos y reclama contra el ajuste, la represión y la impunidad:
“El Gobierno de Macri y la alianza Cambiemos ha incrementado su escalada de ajuste y despidos, profundizando los retrocesos en derechos humanos. La implementación de políticas de miedo y represión a la protesta social no hace más que ratificar la necesidad de una convocatoria masiva en todo el país”.
Este 24 de marzo nos convoca a todos a denunciar cada uno de los retrocesos en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, la lentitud en los procesos judiciales y la pretensión del gobierno nacional del otorgamiento indiscriminado de las domiciliarias a los genocidas.
Desde el Instituto Gestar, acompañamos la lucha de las Abuelas, las Madres y de los organismos de derechos humanos, y reivindicamos a los 30.000 compañeros y compañeras desaparecidos, “presentes, ahora y siempre”.