15 de diciembre de 2016
Instituto Gestar

A 44 años de la proclamación de la fórmula presidencial “Cámpora-Solano Lima”

Los meses previos

El 26 de enero de 1972, conformada una nueva Junta Militar, se concede la personería al Justicialismo y el 7 de abril, el juez federal Luis Rodríguez, declara prescripta la acción penal por traición a la patria, que venía de la época de la libertadora, contra Juan Domingo Perón. El peronismo constituye formalmente su Consejo Superior el 28 de junio de 1972 con la presidencia del Dr. Héctor J. Cámpora y toma conocimiento de lo resuelto por la Junta Militar, en el sentido que “…a partir del 25 de agosto de 1972 los candidatos deberán acreditar residencia…”. Perón responde que viajará a la Argentina cuando lo considere conveniente y de ninguna manera sujeto al calendario militar, lo que lleva al general Lanusse a manifestar en el Colegio Militar “…No me corren más a mí ni voy a admitir que corran más a ningún argentino diciendo que no viene porque no puede. Permitiré que digan porque no quiere, pero en mi fuero íntimo diré porque no le da el cuero para venir”. A partir de ese momento el país se llena de pintadas con la consigna “Luche y Vuelve” que sintetizaba el sentir de la mayoría de los argentinos por aquel tiempo: solo la movilización popular podía crear la condiciones para la ansiada vuelta del General. Desde ese momento y hasta su regreso efectivo el 17 de noviembre, en cada concentración peronista se coreaba a viva voz: “Lanusse, marmota, Perón va a regresar, cuando le canten las pelotas”. Posteriormente, la Junta Militar promulga la ley 19.805 convocando a elecciones para el 11 de marzo de 1973, con asunción de los nuevos gobernantes para el 25 de mayo. Y un 17 de noviembre regresa a la Patria el general Juan Domingo Perón, constituyéndose tres días después el FREJULI (100Frente Justicialista de Liberación Nacional) en el restaurant “Nino” de Olivos y ante su renuncia a la candidatura presidencial, el Congreso Nacional del PJ proclama la fórmula “Cámpora-Solano Lima”.

Hasta último momento, Perón mantuvo en secreto quien sería el candidato que encabezaría la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (100FREJULI). Varios nombres rondaban en las tapas de los diarios de la época: Julio Romero, Jorge Taiana (100padre), Héctor Cámpora y Antonio Cafiero eran algunos de ellos.

Cámpora era quien Perón tenía “in pectore” para reemplazarlo a él mismo como candidato.

 

El Congreso del PJ

El 14 de diciembre de 1972, tras veintiocho días en el país y diecisiete años de exilio, Perón se iba de la Argentina.

Al día siguiente, en el hotel Crillón, a pasos de la plaza San Martín y del Círculo Militar, comenzaron a sesionar el Partido Justicialista en el subsuelo del hotel y el Frejuli en el primer piso. Los partidos aliados del frente electoral conformado aguardaban, en rigor de verdad, las decisiones que se tomaran en el subsuelo.

El Congreso del PJ comenzó a sesionar a las 17,45 hs. de ese viernes 15 de noviembre. El ambiente estaba caldeado pues ya circulaba por todos lados la decisión del “viejo” de nombrar a Cámpora como candidato presidencial. Los sindicalistas, con Rucci y Lorenzo Miguel a la cabeza, utilizaban una estratagema para bajar a Cámpora. Amparados en una posición ultra verticalista se negaban a aceptar que Perón renunciara a ser el candidato. No debemos olvidar la proscripción que impedía que el General fuera candidato con la famosa ley de residencia, según la cual quien no estuviera residiendo en la Argentina antes del 25 de agosto no podía presentarse a las elecciones como candidato. No ignoraban los sindicalistas que insistir en esta posición haría que el peronismo no pudiera presentar una lista para competir por la presidencia de la nación. Pero su objetivo era obstaculizar la designación de Cámpora para imponer su candidato, Antonio Cafiero, quien el mismo Perón había bajado de los posibles ungidos, cuando Cafiero fue a entrevistarse con Lanusse en secreto y sin que la conducción del peronismo lo supiera.

La sesión la presidía formalmente Julio Romero pero quien verdaderamente conducía el cónclave era Abal Medina, que dicho sea de paso, no era congresista y ni siquiera estaba afiliado.

Cuando mocionó que el Congreso rechazara la renuncia de Perón e insistiera en proclamarlo, los 183 congresales votaron unánimemente.

Poco después comenzaron los problemas, cuando comenzaron a discutir cómo hacer llegar a Perón la decisión tomada. El sector liderado por los sindicalistas proponía elegir una comisión que viajara a Paraguay o Perú (100segunda escala antes del regreso a Madrid) para hacerle saber al conductor que no aceptaban su renuncia y querían que se pasara a un cuarto intermedio y se retomara el Congreso el día 19. Abal Medina y los sectores verticalistas a la conducción de Perón proponían que se mandara un télex. Abal actuaba de esta manera pues era lo acordado con Perón. En cuanto llegara el télex, éste contestaría que se renuncia era indeclinable, para que se pudiera pasar al siguiente punto del orden del día, es decir, quien era el hombre que lo reemplazaría. No había espacio para dilaciones de ningún tipo pues cinco días después vencía el plazo para presentar listas. Pero además de la elección del binomio presidencial había otro tema espinoso, la elección del resto de los cargos electivos, de los cuales un 25% debía ser decidido en el primer piso del Crillón por los partidos aliados que integraban el Frejuli.

Si todo esto no se hacía en el breve tiempo que quedaba, el peronismo corría el riesgo de auto marginarse.

Finalmente el Congreso votó y por 95 votos contra 48 se impuso la propuesta del famoso télex.

Se nombró una comisión para redactar el texto, los sindicalistas se negaron a participar y la mayoría se retiró.

Sin la presencia de los rebeldes de redactó una breve comunicación que decía “Señor General: Congreso Partido Justicialista ratifica por unanimidad candidatura a presidente en su persona. Patria e historia agradecerán su gesto. Congreso reunido espera su respuesta”.

De acuerdo a lo pactado, Perón confirmó su renuncia y subrayó la conveniencia de seguir las instrucciones de Abal Medina. Era ya la madrugada del sábado cuando se reanudaron las deliberaciones y Abal propuso como candidato a presidente de la República al compañero Héctor J. Cámpora.

El “tío” permanecía fuera del salón y llamó por teléfono a Lorenzo Miguel convenciéndolo de que lo acompañara en el momento culminante de la proclamación. El “loro” aceptó y el candidato junto al líder metalúrgico entraron juntos al hotel poco después de la una de la madrugada estrechándose en un abrazo frente a los congresistas presentes.

Quedaba aún resolver con los partidos aliados quién sería el compañero de fórmula de Cámpora. Finalmente los frentistas le entregaron a don Héctor un papel con cuatro posibles compañeros de fórmula, el desarrollista Américo García, el conservador popular Vicente Solano Lima, el popular cristiano José Allende y Jesús Porto del ENA. Tras meditarlo, Cámpora eligió a Solano Lima, quien a los 72 años tocaba el cielo con las manos.

A partir de ese momento el peronismo entero comienza una intensa campaña electoral bajo la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al Poder”, que desembocaría en el triunfo del 11 de marzo de 1973.

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