En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. Esta vez nos recibió Juan Manuel Abal Medina, Senador Nacional por la provincia de Buenos Aires.
Gestar: cuando un gobierno que gana apenas con un puñado de votos más que el 50% intenta modificar el régimen institucional de la Argentina implementando políticas que son diametralmente opuestas a las del anterior gobierno, genera obviamente una inestabilidad no solamente económica, política y social sino también institucional. ¿Crees que hay algún remedio para esto? Porque parece un mal endémico de nuestro país.
Abal Medina: el gobierno empezó con un diagnóstico muy errado de la economía, de alguna manera tuvieron una lectura muy naif, muy ideológica en la cuestión económica pues pensaron que los problemas de la economía eran básicamente inventos de nuestra gestión, que habíamos tomado algunas medidas y bastaba con retirarlas para que la economía explotara. Te acordás cuando se hablaba de la lluvia de inversiones que iban a venir, que con tres o cuatro medidas que tomara el gobierno bastaba para que las cosas mejoraran.
Obviamente la realidad no funciona así, ya vemos como Macri se pelea con los empresarios porque dice que no lo entienden, como va a la UIA y los quiere convencer de una cosa y de la otra, ese famoso círculo rojo que él piensa que no lo está apoyando. Yo creo que hubo una lectura de ese tipo, que se expresa también en cómo armó el gabinete, donde nadie tiene mucho poder. En ese sentido nuestro gobierno ya venía con un nivel de desagregación muy grande, entre carteras ministeriales y secretarías. No solo no corrigió eso sino que lo amplió más, hoy tenemos un ministro de hacienda, o sea tenemos un ministro de "economía" que no maneja las tarifas, que no maneja las tasas, que no maneja la política industrial, ni la política agrícola o energética. Es muy importante entonces que nosotros como oposición, el rol que nos ha tocado, le señalemos con firmeza al gobierno que tiene que rectificar este rumbo, y obviamente que tiene que implementar las políticas por las que fue electo, pero hacerlas en el marco de una discusión política en la cual no tiene mayoría en las cámaras, hay un bloque mayoritario en el Senado que es del peronismo, hay una fragmentación en la cámara de diputados y eso lo tiene que llevar necesariamente a buscar acuerdos y consensos para que las políticas puedan funcionar.
G: ¿cómo ves la actualidad del peronismo?¿crees que es necesario un proceso de renovación? y si fuese así ¿en qué términos?
AM: el peronismo está atravesando una situación absolutamente lógica que es la que viene a partir de una derrota electoral. Cuando uno pierde una elección, aún cuando sea por poquito como fue la última, hace falta generar un proceso de discusión interna profundo. Me gusta la idea de pensarlo como una nueva renovación de nuestro espacio político que no es nada muy raro, es simplemente pensar hacia atrás qué cosas hicimos bien, y lo podamos poner en nuestro haber, y qué cosas hicimos mal que también contribuyeron a la derrota, pararnos en el presente pero sobre todo mirando al futuro. Pensar un futuro que permita reconstruir nuestro espacio como una mayoría política y social que fuimos hasta hace no demasiado tiempo. Entonces creo que tiene que darse un proceso de discusión interna firme, pero también cuidadoso. No creo que sea el momento para solo adjetivar, para que a cada uno que hace algo distinto a lo que yo creo se lo pueda acusar de tal cosa, al otro de tal otra, sino más bien, a partir de esta horizontalidad a que nos obligó la realidad en que estamos hoy, desde ese lugar charlar y convencer al otro, así se reconstruye en la democracia y especialmente en el peronismo.
G: ¿vos crees que los liderazgos del pasado siguen vigentes o es necesario recrear un nuevo liderazgo en el peronismo?
AM: estamos en una época en que desde la horizontalidad tenemos que reconstruirnos y en ese proceso van a ir surgiendo los liderazgos. En el peronismo sabemos que la conducción no se declama sino que se ejerce. Ahora, en este proceso tenemos que tener la inteligencia política de buscar ampliar y no de reducir, porque si perdimos una elección y nos dedicamos a seguir restando eso será un buen favor que le podemos hacer al gobierno. Si queremos reconstruir una mayoría necesariamente tenemos que abrirnos a sumar sectores.
G: a casi 6 años de la muerte de Néstor Kirchner ¿Qué evaluación haces de su figura?
AM: Néstor fue la persona que en un momento muy complicado de la historia argentina, y también del peronismo, no nos olvidemos que el peronismo había llegado a ese momento enormemente golpeado por razones que van más allá de esta charla, fue capaz de recuperar la política, recomponer al peronismo y restablecer la unidad del Estado. Fue aquel que en un país que parecía que se había terminado, un peronismo que casi parecía una pieza de museo, trajo esas viejas banderas y las aplicó en el funcionamiento de la sociedad. Creo que ese es el gran valor histórico que su figura tiene.
G: ¿El liderazgo de Cristina sigue vigente?
AM: el liderazgo de Cristina sigue vigente, lo que pasa que ella no ejerce un liderazgo absoluto en el conjunto de nuestro espacio. En él conviven un conjunto de visiones y de matices, donde su liderazgo sigue siendo muy importante en sectores bastante relevantes de nuestro espacio, pero obviamente ya no es la líder única. Hoy tiene que competir con otras visiones que tenemos muchos compañeros. Hay que ser capaces de discutirlas como corresponde en una fuerza que está en la oposición. Yo me acuerdo cuando nos reunimos con Cristina y con el bloque del senado poquito antes del cambio de gobierno y varios compañeros le preguntaban: "Cristina, qué hacemos ahora". Y nos dijo "ahora, como siempre que el peronismo estuvo en la oposición: debate horizontal, a convencer al otro, a discutir, no hay nadie por arriba de nadie". Yo creo que ese es el espíritu necesario para afrontar esta etapa. El que hoy cree que tiene la verdad revelada y puede pararse en un atril para decir si vos sos bueno o vos sos malo, si te portas bien o te portas mal, flaco favor le hace a la idea de tener una discusión horizontal que nos tenga a todos adentro.
G: ¿por qué perdimos?
AM: por un conjunto de causas. Creo que en parte subestimamos al PRO. Hasta unos pocos meses antes de la elección nos seguíamos riendo de los globitos y esas cosas. Hubo una irresponsabilidad colectiva de parte de todos nosotros. Me hago cargo de lo que me competa como parte de nuestro espacio político. Algunos no sabían si había que hacerle campaña al candidato porque no le gustaba no sé qué cosa, otros se estaban matando para ver qué cargos iban a ocupar en un supuesto gabinete, estaban repartiéndose el oso antes de cazarlo. Hubo una gran irresponsabilidad colectiva de todos. Hay una frase que no es mía, se la robo siempre a Juan Manuel Pedrini, el compañero Diputado de Chaco que dice "hicimos todo para perder, y al final la militancia casi nos caga". Si se compara la campaña de 2011 con la de 2015 en esta última se cometieron un conjunto de errores y con uno menos de ellos quizás hubiéramos ganado. Fue muy pequeña la diferencia, y al final esa fuerza de la militancia casi empató la cosa. Me parece que ahí la irresponsabilidad de la dirigencia fue muy grande y obviamente no solo en términos electorales, sino más bien en términos generales. Del año 2011 en adelante, en que obtuvimos un 54% en una primera vuelta, no nos preocupamos demasiado por seguir sumando. Más bien nos dedicamos a cerrarnos sobre nosotros mismos, a escuchar los mismos discursos, a repetir las mismas cosas, perdiendo esa característica tan propia del peronismo que siempre intentar ser más. Creo que en esos últimos años fue al revés, fuimos perdiendo sectores, perdiendo compañeros, y eso se tradujo también en la elección.