En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. En esta ocasión nos recibió Lucila De Ponti, Diputada Nacional por la provincia de Santa Fe.
Gestar: ¿cómo ves el panorama nacional tras diez meses de gobierno de Cambiemos?
Lucila De Ponti: por un lado, el aspecto principal que se trasluce tiene que ver con el cambio de modelo económico, la transformación de la estructura productiva y laboral que fundamentalmente se expresa en una transferencia de recursos muy fuerte por parte del sector público y de los sectores populares hacia los sectores concentrados de la economía. Esto se expresa no solo en la quita de retenciones, sino fundamentalmente en la devaluación, la inflación que esto trajo consigo, la modificación del sistema productivo con la apertura de importaciones, el debilitamiento de la industria y todo esto repercutiendo fuertemente en la situación de los sectores populares y de la clase trabajadora, provocando no solo con un fuerte desempleo sino también una fuerte pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores formales. A su vez, todo esto repercute en los sectores más desprotegidos que son aquellos que están en negro o precarizados y que no tienen la protección jurídica que les permitan tener mayores herramientas a la hora de dar esta pelea.
Entonces, me parece que antes de hacer el análisis político hay que ver cómo se encuentra la situación de nuestro país, sumado a esto una medida de ajuste transversal como es el tarifazo. Lo que se está viendo hoy en la Argentina es un fuerte retroceso en los derechos de los sectores populares y una consolidación de los sectores del poder económico concentrado. En este marco lo que vemos es al macrismo, a la Alianza Cambiemos, sosteniendo con mucha fuerza la implementación de este modelo y por otra parte una oposición diversa, ciertamente fragmentada, sobre todo el peronismo. Por ello, la principal tarea que tenemos hoy por hoy y de cara también al próximo año tiene que ver con encontrar los puntos de acuerdo que nos permitan ir construyendo una expresión política de oposición al macrismo, que nos permite ir a dar la pelea electoral con posibilidades de tener buenos resultados, de hacerle daño por decirlo de alguna manera, pero en términos electorales al proyecto del oficialismo, expresando fuertemente un proyecto de oposición. Necesitamos que la agenda de los sectores populares, la agenda del pueblo argentino sea lo que vaya orientando la unidad de los sectores políticos.
G: el modelo económico que el gobierno está implementando genera un daño en el tejido social y reaparecen o cobran fuerza nuevamente las organizaciones sociales, vos sos parte de una de ellas. ¿Cómo ves este proceso?
LDP: es una situación muy crítica que se expresa en lo que uno ve en la calle, en algunos indicadores como la suba del desempleo, en la suba de casi un millón y medio de nuevos argentinos en situación de pobreza y también en una fuerte movilización, en una fuerte participación de algunas organizaciones sociales que, en vez de retroceder o simplemente defender algunos derechos conquistados entienden que todos los derechos conquistados en los últimos doce años tienen que ser defendidos también desde una posición propositiva y pidiéndole al Poder Ejecutivo que se respeten los derechos y las condiciones de vida de todos estos sectores. Entonces la demanda de las organizaciones sociales, nosotros la hemos trasladado hacia el ámbito parlamentario con la presentación de la ley de emergencia social, que será discutida próximamente con posibilidades de obtener aprobación directamente en el senado ya que entendemos que hay un gran acuerdo de la oposición para sancionar esta ley. Lo que pretendemos a través de la misma es que el gobierno, de manera inmediata, atienda la situación de los sectores populares, pero a través de la consolidación del acceso al trabajo, y el acceso al trabajo con derechos, es decir que se consolide la creación de nuevos puestos de trabajo en el marco de algunos programas que ya existen en algunos ministerios, que se empiece a registrar a todos estos trabajadores que se encuentran en situación de desprotección y que se consoliden también los derechos universales como la Asignación Universal por Hijo llevándola a un punto que alcance el aumento inflacionario que es lo que de manera más profunda va lastimado el poder adquisitivo o la posibilidad de sostener la canasta básica alimentaria.
Por eso creemos que las organizaciones sociales hoy tienen la tarea o el deber de expresar la defensa, pero el avance también o la posibilidad de seguir construyendo la conquista de nuevos derechos por parte de este sector de la clase trabajadora que es el más vulnerable, el más desprotegido, los más humildes de nuestro país.
G: se han reunido algunas de estas organizaciones con la estructura orgánica de los trabajadores registrados, con la CGT. ¿Qué lectura hacés de esto? ¿Qué importancia tiene de cara al futuro?
LDP: para nosotros es un avance importantísimo. Ya desde hace algunos años venimos planteando que en la Argentina hay un problema fundamental que tiene que ver con la manera en que se lee la cuestión social en este siglo XXI, con posterioridad a la implementación del modelo neoliberal y que para nosotros se centraliza en la necesidad de entender cuál es el lugar que tiene hoy la economía popular, es decir, con todo este sector de trabajadores que están por fuera de la estructura formal y por fuera del acceso a derechos. Venimos planteándolo hace muchos años, ahora ha cobrado mayor importancia y mayor fuerza para el conjunto del tejido organizacional y también del tejido sindical y esto ha llevado a que, por parte también del sindicalismo, se empiece a asumir esta agenda de los sectores más precarizados, más vulnerados de la clase trabajadora como una agenda que tiene que impulsar el sindicalismo y esto es lo que se ha expresado en las distintas reuniones de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular con la CGT, donde hay un punto de encuentro, por empezar con la posibilidad de discutir esto y de discutir la necesidad que tienen los trabajadores organizados del movimiento obrero de asumir la agenda del conjunto de los sectores populares de la Argentina y no sólo reducirla a algunas demandas específicas que tienen que ver con aquellos sectores más acomodados o beneficiados si se quiere de los trabajadores argentinos que han conquistado muchísimos derechos en los últimos años. Creemos que para que se construya una sociedad más justa, donde haya trabajo con derecho para todos, es necesario que el movimiento obrero asuma el conjunto de estas demandas. Esto es posible hoy porque existe una definición más fuerte de cuál es el adversario político, que actualmente está en el gobierno, y que se expresa como un proyecto de defensa de los intereses del poder económico concentrado representados por el macrismo. Creo que los trabajadores tenemos la necesidad de ir avanzando en generar unidad, ya sea desde la organización sindical, desde la organización social y que eso también se expresa en la política.
Así que realmente este proceso que está llevando adelante la CGT, en conjunto con las organizaciones, y en conjunto también con todos los sectores del movimiento obrero nos parece que hay que saludarlo, hay que acompañarlo y tratar de que vaya consolidándose.
G: reflexionabas sobre la fragmentación de los sectores populares, o por lo menos de su expresión política, y especialmente esta fragmentación se hace muy notoria en el peronismo. Por otro lado analizabas también el proceso de unidad que se da desde el pueblo mismo. ¿Cuál es el cruce de estas dos realidades?
LDP: desde la arena más social o sindical se está atravesando un proceso que tiende a la unificación, o al menos a consolidar algunos puntos de encuentro. Esto está determinado porque hay un conjunto de demandas que aparecen de manera muy marcadas y que son muy fuertes. Por otra parte, desde el plano político no se está transitando el mismo proceso o al menos no con la misma dinámica.
Con posterioridad a la derrota de noviembre pasado el peronismo enfrenta un proceso de dispersión y de fragmentación que es muy difícil y que todavía no logramos encontrar la manera de superarlo. Pensamos, desde el movimiento Evita, que es necesario que la unidad de la política se vaya dando al jerarquizar o poner en una prioridad de la agenda cuáles son las problemáticas del pueblo argentino hoy, y dejar en un segundo plano la discusión acerca de los nombres y de las candidaturas, que si bien es importante porque a la hora de un proceso electoral es necesario definirlo y esto es ineludible, entendemos que el norte que tiene que ir orientando ese camino de unidad tiene que ser poner en la centralidad de la discusión qué es lo que pasa hoy con el pueblo argentino y cuáles son las cuestiones que nosotros tenemos que discutir, sobre las cuales tenemos que trabajar para que el peronismo sea realmente la representación del programa del pueblo argentino, de los trabajadores argentinos, que es lo que siempre ha sido la esencia del peronismo. Si el peronismo no puede representar lo que le está pasando hoy a los más humildes, a los más pobres, a los trabajadores precarizados y a los trabajadores formales también, no tiene razón de ser, pierde su esencia. Eso es lo que nos puede llevar a empezar a encontrar al menos algunos marcos de acuerdo y de unidad
G: hay un nuevo fenómeno de reconfiguración de las clases medias urbanas y ahí el voto obviamente ha sido esquivo en las últimas elecciones ¿ustedes tienen alguna apreciación sobre esto o alguna propuesta para incluir también a estos sectores dentro de un proyecto nacional y popular?
LDP: por un lado creo que este discurso de la grieta, donde se manifiesta con más fuerza es en los sectores medios argentinos, porque una gran parte de ellos han preferido poner en primer lugar la decisión acerca de algunas formalidades del gobierno anterior que lo llevaron a no apoyarlo, a no estar de acuerdo con algunas decisiones y apoyar el proyecto del macrismo. Por otro lado hay un sector muy importante de la clase media que en los últimos doce años se ha politizado y ha entrado en una discusión que lo fue acercando hacia participar o formar parte de un modelo nacional y popular o de lo que fue el proyecto del kirchnerismo. La histórica discusión con los sectores medios en la Argentina es cómo van inclinando la balanza de un lado y del otro, hacia los gobiernos populares o hacia los gobiernos de carácter más conservador y creo que lo que tiene que suceder con la clase media argentina es que también desde el peronismo podamos plantear un programa que los represente. En algunos aspectos centrales y fundamentales los representa, porque los sectores medios son también sectores trabajadores, que también viven y sufren las mismas problemáticas que sufren el resto de los trabajadores. Pero el peronismo también tiene que hacer un esfuerzo para consolidarse como una identidad política que se renueve constantemente y que siga estando vigente también para las nuevas generaciones. Hay que ofrecerles un programa que también los identifique y los represente.
G: ¿como analizas el tema de la inseguridad y de las respuestas, tanto del gobierno provincial como del gobierno nacional?
LDP: el problema de la seguridad se extiende al conjunto de la Argentina, pero en Santa Fe se manifiesta con un poco más de crudeza. Ya desde 2010, en nuestra provincia se dispararon algunos índices que manifiestan los niveles de la llamada inseguridad, particularmente en relación a la tasa de homicidios que es el triple de la nacional. En esta cuestión tenemos un problema común al conjunto de las provincias argentinas, que es la imposibilidad de resolver la cuestión policial, o la necesidad de construir un sistema de seguridad pública que realmente brinde el servicio de seguridad a la ciudadanía, pero desde una construcción amigada con la sociedad y en donde podamos construirla desde distintas aristas, no solo desde lo represivo sino desde la prevención. Nosotros siempre decimos que la seguridad es un tema demasiado complejo como para que solamente lo aborde la policía y que es necesario repensar los sistemas de seguridad pública en las provincias y también en la Nación. En este marco, creo que Santa Fe se encuentra con un problema mayor, fundamentalmente en los dos grandes centros urbanos, Rosario y Santa Fe y que el gobierno del Frente Progresista no ha encontrado la manera de resolverlo. El gobierno socialista ni siquiera ha podido asumir que hay un problema grave con la institución policial y que es necesario reformarla de manera radical. Desde el año 2012 en nuestra provincia está sancionada la ley de emergencia en seguridad pública, por la cual el Estado provincial ha contado con la disposición de recursos extraordinarios, ha contado con muchísimas herramientas y donde se ve que todas las políticas que se han llevado adelante fueron pequeños parches o abordajes muy parciales de la cuestión. No vamos a resolver el problema de la policía solamente comprando más patrulleros o mejores uniformes. Eso es una parte, pero necesitamos plantearnos el conjunto del problema y creo que en este marco es necesario un proceso de transformación completa de nuestra institución policial. De otra manera, el problema nunca podrá resolverse, por más de que ahora venga la gendarmería y todas las fuerzas federales y que haya un acuerdo con la Nación. En la medida en que nosotros no podamos construir una fuerza de seguridad provincial que vuelva a ser prestigiosa y respetada por la propia ciudadanía porque brinda correctamente sus servicios, no vamos a poder avanzar en este sentido. Así como es necesario también ver cuál es la jerarquía que se le da a los trabajadores policiales, qué sueldos cobran, cuáles son sus condiciones de trabajo, en fin, son muchas cuestiones. Hay que ver el funcionamiento de la justicia, el funcionamiento de todas las estructuras profesionales que van encubriendo las economías delictivas, cómo están las economías delictivas en el territorio, todas estas cuestiones no se resuelven solamente poniendo más gendarmes en la calle y creo que el principal problema que tenemos es no poder hacer un diagnóstico correcto del problema.
G:¿Cómo ves la situación del peronismo santafesino?
LDP: me parece que el peronismo en Santa Fe atraviesa el mismo problema que a nivel nacional, que es el de una fuerte dispersión. Hemos tenido un buen proceso electoral en el año 2015 con la consolidación de Omar Perotti como un posible candidato, quien obtuvo un muy buen resultado, y con perspectiva de futuro. Ese es un capital que tenemos que ir fortaleciendo con los distintos sectores del peronismo. Pero, de cara al año viene nos enfrentamos a un desafío muy grande, consistente en encontrar puntos de acuerdo que permitan generar una expresión política del peronismo en Santa Fe que actúe como un paraguas, que pueda incorporar a la mayor cantidad de sectores que hoy por hoy tiene el peronismo en nuestra provincia y con un fuerte programa opositor, fundamentalmente al gobierno nacional y también al gobierno provincial y a las municipalidades que no gobernemos. Los peronistas de Santa Fe tenemos que sentarnos a discutir y empezar a dejar algunas cuestiones más individuales, dejarlas de lado y pensar en el conjunto de los peronistas santafesinos que están esperando que les ofrezcamos una opción que los represente y que los lleve a competir en las elecciones con posibilidades de ganar.
G: nuevamente, al igual que en los 90, Santa Fe tiene el mayor índice de desempleo del país. ¿Cómo percibís este fenómeno?
LDP: Sí, hay una demanda creciente en lo que tiene que ver con la cuestión alimentaria. Se ve en los comedores escolares como aumenta la demanda de los chicos para comer, o de tomar la merienda en la escuela. A nosotros también nos sucede con los cupos de los merenderos y algunos comedores que también tenemos. Se percibe también en las conversaciones con los distintos sindicatos cuando te manifiestan la cantidad de conflictos laborales, los procesos de crisis iniciados por las empresas, la cantidad de despedidos, la conflictividad que todo el tiempo está vigente o está surgiendo porque se dan en distintos planos conflictos que tienen que ver con el empleo, que tienen que ver con la posibilidad de acceder al sustento material básico, donde también el tarifazo fue una medida muy fuerte que después quedó aplacada, pero cuyos efectos se van a ir viendo también de manera gradual a medida que pasen los meses. Es algo que uno percibe constantemente y lo vive en la conversación con todos los sectores.
G: desde tu perspectiva y desde tu experiencia, ¿qué causas son las que motivaron semejante derrota electoral en el 2015?
LDP: por un lado hay que analizar las virtudes del adversario. En tal sentido, un error que cometimos los peronistas fue el de subestimar de alguna manera la capacidad de construcción que podía tener desde lo electoral, desde lo mediático, desde distintas herramientas que puso en juego la Alianza Cambiemos. Claro que con relación a los elementos del adversario, no se tiene mucha capacidad para modificarlos. Lo que uno puede modificar o reordenar son las cuestiones propias. Y en ese sentido es necesario analizarlo desde algunas perspectivas distintas. Por un lado es importante ver qué fue pasando en los últimos doce años donde se fue construyendo un proyecto nacional y popular que representaba la posibilidad de avanzar en la conquista de derechos y que por eso fue incorporando a muchos actores sociales, sindicales, políticos detrás de ese proyecto, a tal punto, que en determinado momento alcanzamos un triunfo con el 54%. Hubo un momento en el cual eso de alguna manera se empezó a desmembrar o se perdió la capacidad de representarlos o motivar la participación del conjunto de esos sectores y eso, de alguna manera, nos fue llevando a conformarnos como un espacio más chico. Quizás ideológicamente más homogéneo, pero políticamente menos influyente al achicarnos, al ser cada vez menos y perder algunos aliados o algunos sectores que formaban parte del mismo frente. Creo que ese fue un aspecto fundamental que fue dañando el proyecto del kirchnerismo, pero que era el proyecto del peronismo. Además, en la última etapa, perdimos un poco la capacidad de interpelar las problemáticas que le importaban a la sociedad y nos centralizamos mucho más en discutir cuestiones que nos importaban a los militantes y que le importaban a los políticos, pero que por ahí al ciudadano común le pasaban por un costado, no le interesaban o no formaban parte de sus prioridades. En este marco perdimos la posibilidad de tomar algunas demandas que para la sociedad eran importantes, de tomar algunos reclamos que para nosotros quizás no eran centrales, pero sí lo eran para el conjunto de la sociedad y esto fue alejando un poco al proyecto más militante y más político del grueso de los sectores sociales. Ese me parece otro factor que al menos nosotros los jóvenes nos lo planteamos como un elemento a tener en cuenta para la construcción de futuro.
Por otra parte me parece que no solo en la Argentina sino en el conjunto de Latinoamérica hubo un proceso de unos diez años en el cual muchos proyectos políticos transformadores fueron avanzando, se fueron consolidando, y fue de alguna manera, un flujo de avance y de consolidación ofensiva de los sectores populares. Pero esos procesos llegaron a un momento de agotamiento en el cual también los sectores más vinculados a la derecha y a los capitales económicos concentrados pudieron recomponerse y darse una estrategia de ofensiva, de manera tal que hoy vemos que en muchísimos países de nuestra región vuelven a instalarse gobiernos que están mucho más vinculados a los sectores tradicionales de poder. Son ciclos históricos en los cuales un proceso de avance se va agotando y es necesario reformularlo y volver a discutirlo. No lo veo como una derrota definitiva sino simplemente como una etapa que se termina, que cambia de características pero que para aquellos que militamos en el movimiento nacional y popular y en el peronismo fundamentalmente es necesario poder realizar un aprendizaje y una reflexión y volver a ponernos en sintonía con la sociedad para poder realmente representar los intereses del pueblo argentino.