En el marco de la reorganización de nuestro movimiento, conversamos con dirigentes de todas las provincias para conocer su opinión sobre el contexto actual y el futuro del país. En esta ocasión nos reunimos con el diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Oscar Romero.
Gestar: ¿Cuál es tu opinión sobre la situación del país, a diez meses de iniciado el nuevo gobierno?
Oscar Romero: Hacer un balance a diez meses de gestión es complicado, porque es un gobierno con una experiencia nueva, es una coalición donde se ha gerenciado el Estado. Hoy la administración pública está en manos de ex CEOs de multinacionales, de empresas. Es una experiencia de una coalición proveniente de un partido chico, distrital, como fue el PRO, que se encontró con el gobierno, una alianza con un partido histórico como es el radicalismo y con un acuerdo con un sector empresarial muy fuerte. Esto volcado a la gestión y a la administración pública es una mezcla rara que está dando algunas situaciones que, según ellos mismos lo han manifestado, es de prueba y de error.
Se ha acertado en algunas medidas, en otras se ha errado y se ha equivocado muy feo. En ese sentido, es un gobierno que reconoce sus errores pero luego de haberlos cometido. Los errores salen caro y lo caro lo paga la gente. Lo importante es que no se cometan tantos errores. Hasta acá, en esta experiencia nueva, lo que hemos visto es una fuerte transferencia de las riquezas a un sector concentrado de la economía en detrimento del mercado interno, en detrimento del consumo, en perjuicio de la industria nacional, con lo que es la apertura de las importaciones, la devaluación ha pegado muy fuertemente en el salario, hoy se ve en el consumo también. Y se ve no sólo cómo le está pegando muy fuertemente a la clase media, a la clase baja y a los jubilados, sino también que aquellos que tenían algún proyecto de desarrollo o algún proyecto de inversión que hoy están dudando de llevarlo adelante o no.
El primer análisis que tengo es que es un año que está terminando con cuestiones complicadas y, sobre todo, con un tema que más me preocupa: hay un incumplimiento electoral por parte del Presidente de la Nación que en los debates y en campaña ha manifestado expresamente que no iban a ocurrir algunas cosas como terminaron ocurriendo. Dijo que no iba a devaluar y devaluó, dijo que no se iban a abrir las importaciones y esto ocurrió, dijo que la inflación iba a bajar y vamos a terminar con una inflación interanual del 40%. Ese es un tema que creo hay que hablarlo. Aquello que se promete en campaña debería ser un compromiso no sólo ético sino también formal de cumplirlo.
Sos un dirigente político de extracción gremial. El proceso de unificación de la CGT ha generado una serie de expectativas, ¿qué rol creés que debe tener en este contexto económico y social?
Provengo de una organización sindical que ha decidido no participar de esa unificación, conjuntamente con el espacio que nosotros estamos integrando, que es el Movimiento de Acción Sindical Argentino. Son 52 organizaciones sindicales que están agrupadas y decidieron no participar, no por una cuestión de mezquindad o de capricho, sino porque planteábamos que, en primer lugar, el movimiento obrero, así como el peronismo, se merece un fuerte debate. En el caso del movimiento obrero, cuál va a ser el rol ante este panorama que estaba describiendo sobre los diez primeros meses de gestión del Gobierno Nacional y ese debate no ocurrió. En segundo lugar, no hubo un método para llegar a una unificación, lo que hubo fue una institucionalización del reparto de poder dentro de la CGT, se repartió en tres sectores. Otras organizaciones sindicales impugnaron esto porque el Estatuto de la CGT es muy claro, que debe haber un solo Secretario General. No existe la figura del Triunvirato y cuando hubo Triunvirato no fue una buena experiencia.
De cualquier manera, nosotros hemos decidido ni impugnar, confederar. Tampoco hemos decidido integrar la conducción pero no nos hemos ido de la CGT. Marcando estas diferencias, creo que si no hay unidad de acción, no hay unidad de concepción. El tema de que hoy se está reclamando una medida de fuerza como es un paro nacional donde hay una fuerte presión de la sociedad y de los medios a llevar una medida en ese sentido, y vemos que los tres secretarios generales no se pueden poner de acuerdo. Uno dice que hay que hacer un paro, otro dice que hay que profundizar el diálogo con el gobierno y otro sector dice que no es el momento. Con lo cual hay una desorientación muy grande y esto no hace bien nadie.
Cualquier dirigente sindical siempre va a querer la unidad del movimiento obrero. La organización a la que pertenezco, que es SMATA, siempre ha sido parte de la unificación pero en este momento no se ha podido dar y nos hemos quedado en el Movimiento de Acción Sindical Argentino, como brazo político importante del movimiento obrero y vamos a trabajar fuertemente. En primer lugar, por la defensa de los derechos de los trabajadores, lo que hemos logrado en los últimos 12 años pero también los que hemos venido manteniendo y luchando desde lo que fue la reforma de la Constitución del 49, con el primer gobierno del General Perón, y con todas las luchas que hemos mantenido durante los distintos gobiernos militares. Ese va a ser nuestro compromiso. Pero también un fuerte compromiso, para la reconstrucción del peronismo.
En la provincia de Buenos Aires, ¿cómo ves la marcha del gobierno de María Eugenia Vidal?
Es una situación complicada. La verdad que la gestión anterior no ha sido buena, ha habido déficit importante en materia de infraestructura, en materia de inseguridad, en materia de planificación. No se han resuelto temas profundos como la urbanización del conurbano, la reurbanización de la provincia, el acceso a lo que son los grandes centros urbanos, el tema del empleo, la radicación de empresas, el trabajo sobre nuevas energías. Y es un déficit importante. Ni hablar del transporte y el servicio de transporte público de pasajeros.
Creo que ante este panorama se encontró la Gobernadora. También con una situación rara, el mismo esquema que hace Nación se lleva a la provincia de Buenos Aires. Hay muchos lugares todavía de la gestión o de la administración de la provincia de Buenos Aires, que no han sido ocupados por falta de dirigentes o funcionarios. Esto hace que la gestión se complique. Agravado por cuestiones graves y serias, como es la cuestión de la inseguridad y el narcotráfico.
Tras la derrota electoral el peronismo quedó fracturado y muchos compañeros se están planteando la necesidad de unificarse, la necesidad de renovar la propuesta hacia la sociedad. ¿Qué opinión tenés de este proceso?
El peronismo luego de una derrota siempre es complicado. El peronismo no está acostumbrado a ser oposición. Fuimos formados, creados, para la gestión. El peronismo es un Partido de poder, entonces, el hecho de que un sector muy importante de la sociedad, nos haya dado el rol de la oposición lo debemos asumir con extremada responsabilidad. Sobre todo en la situación económica, política y social que acabo de describir. En ese sentido, un sector importante del peronismo hemos asimilado prontamente la derrota, con mucho dolor porque trabajamos fuertemente para que eso no ocurriera.
Hoy trabajamos en el sentido de ejercer una oposición razonable, con propuestas, con planteamientos, pero sobre todo, teniendo en claro (100esto es lo que nos enseñó el General) que primero está la patria, segundo está el movimiento y, por último, los hombres. Ocurrida una de las derrotas más importantes, creo que la más importante en la historia del peronismo, hemos encarado un rol de reconstrucción del peronismo. En una situación diferente a aquella etapa renovadora de fines de la década del 80 y principios del 90, donde había cuadros dirigentes con mucha trayectoria, con gestión, con formación importante. Hoy nos encontramos con dirigentes nuevos que han logrado, en algunos casos, mantener los distritos, en otros se han ganado los distritos, gobernaciones que han renovado sus autoridades y tenemos gobernadores nuevos. Entonces, la primera etapa en la administración pública es adaptarse a la administración propiamente dicha y luego viene la parte política, nacional y provincial.
En mi caso, como Vicepresidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, el partido más importante a nivel distrital referente al Partido Justicialista, y como integrante del Consejo Directivo Nacional del PJ, estamos haciendo un trabajo con los gobernadores, con los intendentes de la provincia, muchos de ellos jóvenes. Y tratando de generar la esperanza de que el peronismo está vivo, que se puede poner de pie y puede prepararse para futuros desafíos, ofreciendo una alternativa superadora, con propuestas claras y manteniendo sobre todo los principios que nos han formado en nuestra carrera (100en mi caso, sindical y política), el principio de la solidaridad, el principio de la responsabilidad, pero sobre todas las cosas, el principio de trabajar por aquellos que hoy la están pasando mal y que no tienen posibilidades de mantener lo poco o mucho que han logrado. Y sobre todo, defender las fuentes de trabajo y generar condiciones para que haya mayor y mejor empleo.
¿Cuál es el mensaje para los compañeros y compañeras que siguen a Gestar en todas las provincias, en todo el país?
Creo que el rol de Gestar es muy importante, la formación en la política es muy importante, sobre todo en los desafíos que hoy tenemos. Hoy hay una desvalorización de la gestión y la administración pública. Y creo que hoy la política, y aquel que quiera hacer política, es importante que se forme, para eso hay que prepararse. El peronismo ha sido una cantera de dirigentes muy importante pero también hemos tenido, desde la época de Perón, lo que fue la Escuela Superior de Gobierno, en la época de la Renovación en la década del 80 también, estaba el Instituto de Capacitación Política "Juan Domingo Perón"; y Gestar viene a cumplir ese rol, el rol de formar dirigentes, pero también de acompañar a los que tenemos una responsabilidad, tanto en lo sindical como en lo político, de estar continuamente informado y capacitado. Para mí es un instrumento importante, al cual no solo hay que valorizar sino también, hay que respaldar, y ese debe ser un desafío nuestro, también.
De cara al futuro y para no repetir los mismos errores, ¿cuál es tu evaluación de las causas que motivaron la derrota electoral?
Lo primero, no se le puede echar la culpa a la gente. Creo que todos hemos tenido un grado de responsabilidad, algunos con mayor medida y otros con menor medida. Pero cuando perdés, no sirve haber sido más responsable o menos responsable. La derrota fue responsabilidad de los dirigentes. Yo soy un dirigente y me hago cargo de la derrota. Trabajé fuertemente para que eso no ocurriera pero no se dio. Lo importante es aprender de los errores, como en la vida misma, y tratar de tener en claro que, el peronismo no puede aceptar más que las listas distritales, las listas provinciales y nacionales, se resuelvan en una cabina telefónica. El peronismo merece un fuerte debate, pero también merece la oportunidad de tener unas elecciones internas que garanticen la posibilidad de todos aquellos que quieran representar al peronismo se puedan presentar y tengan las garantías. Nosotros participamos de una interna en la provincia de Buenos Aires a través de las P.A.S.O. donde no estuvieron las garantías dadas y no se hizo bien. Eso nos llevó a que perdiéramos la Provincia y luego la Nación.
Debemos garantizar fundamentalmente el rol institucional dentro del Partido Justicialista. En ese sentido, hay que trabajar fuertemente para recuperar a aquellos compañeros que hoy se sienten desilusionados, aquellos compañeros que se sienten desorientados y a aquellos compañeros que hoy tienen muchas ganas de trabajar, de militar, pero no saben dónde ubicarse. Como siempre digo, y no me canso de decir, si bien hay dirigentes que se han enriquecido de la política, hay un montón de dirigentes que se levantan muy temprano, que abren una unidad básica, que trabajan en una fábrica y son delegados que defienden a sus compañeros. Hay compañeras y compañeros que trabajan en el territorio, que trabajan en una sociedad de fomento, que van a visitar a esos vecinos que por ahí la están pasando mal. Yo me quedo con esos compañeros, con los que quieren un país mejor, con los que sueñan que podemos volver a darle a esa inmensa mayoría de los argentinos, el sueño de que podemos tener una Patria libre, justa y soberana y que eso no es un slogan sino es un sentimiento, así como lo es el peronismo.