27 de agosto de 2012
Instituto Gestar

La actividad económica en Europa sigue cayendo

En este contexto de continuo desaliento tan dañino para la tranquilidad de los argentinos, los que defendemos el éxito del modelo de desarrollo nacional liderado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner debemos alzar la voz para disipar las nubes de estas grandes mentiras.

Para empezar, debemos tener en claro que más allá de esta cortina de humo, la prensa y la televisión pretenden ocultar que los grandes centros de poder económico se encuentran en serios problemas. Estados Unidos y la gran mayoría de los países desarrollados de Europa enfrentan graves problemas económicos y sociales que echan a tierra la “sensatez” de las políticas de ajuste, consolidación monetaria y fiscal y austeridad que el FMI y el Banco Central Europeo pretenden imponer.

Esta es una verdad innegable, que corrobora la última información disponible de indicadores económicos clave. Según fuentes oficiales, durante el segundo trimestre de 2012 el PIB de la eurozona cayó 0,4% respecto al mismo trimestre del año anterior, mientras que en los países donde la austeridad se ha aplicado a rajatabla la recesión ha sido aún más drástica. Por ejemplo, el PIB de Grecia cayó 6,2%, seguido por Portugal (100-3,3%), Italia (100-2,5%) y España (100-1,0%).

El caso del Reino Unido es paradigmático, ya que inicialmente no estaba en recesión pero gracias a medidas preventivas tercamente aplicó políticas de consolidación que lo llevaron a caer dos veces en recesión y a que su PIB disminuyera 0,8% el segundo trimestre.

A saber, hace dos años 20 prominentes economistas de ese país firmaron una carta publicada por The Sunday Times donde apelaban a favor de las políticas de austeridad por el bien de la Nación. Pero en vista de los resultados más de la mitad cambió de opinión (100el resto por orgullo se negó a contestar a la entrevista conducida por la revista New Statesman) y ahora afirman que las políticas de estímulo son la respuesta a la crisis (100¿Les recuerda algo a ARGENTA, PRO.CRE.AR, etc.?).

Mientras esto pasa en el mundo “serio” y “civilizado”, la Argentina que nos quieren ocultar creció 4,7% durante el primer trimestre del año, muy por arriba de Alemania (1001,2%) y Francia (1000,3%).

En lo que respecta al desempleo, indicador de suma importancia dadas sus repercusiones en el ingreso y calidad de vida de las familias, a junio de este año la tasa de desocupación en la zona del euro ascendió a 11,2%, con España y Portugal registrando niveles de hasta 24,8 y 15,4%, respectivamente. Pero más desesperante es la situación de los jóvenes menores de 25 años, cuyas perspectivas de encontrar trabajo son todavía peores. En España, el nivel de desocupación es este grupo de edad es del 52,7% (100¡una de cada dos personas no encuentra trabajo para vivir!), mientras que el Portugal es de 36,4% y en Italia de 34,3%. En el propio Estados Unidos la situación tampoco pinta bien, puesto que la tasa de desempleo entre sus jóvenes es de 16.5%. En la Argentina, la tasa de desempleo durante el segundo trimestre del año (100al cierre de junio) fue del 7,2%.

Si vemos la relación PIB/Deuda que tanto resuena en nuestra memoria a la luz del fin de la convertibilidad y aparición del corralito y el corralón, notamos que durante el primer trimestre de 2012 los países “serios” registraron niveles verdaderamente altos. En Grecia, años después del inicio de la austeridad autoflagelante, la proporción fue de 132,4%, seguida por Italia (100123,3%) y Portugal (100111,7%). En 2002 la deuda pública de la Argentina llegó a representar 166,4% del PIB. Sin embargo, las medidas de desendeudamiento impulsadas por el gobierno nacional permitieron que la proporción cayera a sólo 41,8%, muy por debajo del porcentaje los “titanes” de la austeridad como Francia (10089,2%), Reino Unido (10086,4%) y Alemania (10081,6%).

Entonces, a la luz de lo anterior queda demostrado que las mentiras no soportan la prueba de la verdad y que los innumerables beneficios que disfrutamos en la Argentina actual no son resultado fortuito de condiciones externas favorables sino fruto de una política consciente de desarrollo nacional de largo, plazo justo, independiente y socialmente incluyente.

David Chagoya

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