La recaudación del mes de abril fue un 31,9% mayor que la del mismo mes del año anterior, mientras que si tomamos los primeros cuatro meses (100enero-abril), tenemos un incremento interanual del 34,5%. Ahora bien, dentro de este número agregado es necesario remarcar el importante incremento en la recaudación del Impuesto a las Ganancias, que llegó al 46,4%. Por otro lado, el IVA aumentó el 35,2%, los recursos de la seguridad social el 35,8% y los derechos de exportación e importación un 27%.
De este modo, continua una tendencia que se viene dando desde el año 2003. Sin anunciar reformas tributarias ampulosas, se está logrando mes a mes aumentar la importancia de los impuestos progresivos (100como Ganancias), mientras que el IVA y otros impuestos indirectos están reduciendo su participación en el total de recursos tributarios. Para darnos una idea de la importancia de estos cambios, notemos que en la década del 90’ el IVA y otros impuestos indirectos superaban el 50% del total de recursos tributarios (100llegó al 54% en el año 1997), mientras que hoy estos impuestos netamente regresivos explican el 40% de la recaudación. Por otro lado, han aumentado su importancia los impuestos más progresivos, como el Impuesto a las Ganancias y los Derechos de Exportación (100que gravan una ganancia extraordinaria de los productores agropecuarios generada en altos precios internacionales y un tipo de cambio elevado).
Esto se da en un contexto de un aumento sustancial del total de los recursos tributarios como porcentaje del PBI, mientras que en la década del 90’ el Estado recaudaba en promedio 20% del ingreso nacional, hoy aproximadamente uno de cada tres pesos de nuestra economía terminan en manos del Estado. Estos indicadores dan cuenta de la fortaleza del frente fiscal del modelo nacional, brindando financiamiento genuino a una expansión del gasto público social sin precedentes, lo que beneficia a grandes sectores de la sociedad. Este aumento en la presión tributaria, permite al Estado sostener una continua expansión del gasto público social y a la vez no caer en déficit fiscales.
De este modo, esta fortaleza fiscal, que ha permanecido casi inalterada durante ocho años, es un pilar clave del modelo. Permite mayor crecimiento económico, dinamizar el mercado interno, redistribuir la riqueza e impulsar un proceso de desarrollo económico con inclusión social.
Roberto Arias
Economista
Gestar
Twitter: @RobertoJArias
