20 de mayo de 2013
Instituto Gestar

Murió el Genocida Videla

Además de dejar trunca a una generación de compatriotas, la dictadura militar conducida por el genocida Videla inició la aplicación de las recetas neoliberales que llevarían a la destrucción del aparato productivo, que produjo como resultado una retroceso social sin precedentes en nuestra historia. Porque gracias a las políticas del General Perón, al proceso de industrialización iniciado en esa época y no detenido, y gracias a un movimiento obrero organizado siempre luchando por los trabajadores, Argentina a mediados de la década de 1970´ era una sociedad integrada, con una muy buena distribución del ingreso, con amplia cobertura de los servicios sociales: era un país en franco desarrollo. Existían conflictos, la mayoría surgidos de la amputación de derechos políticos a partir de la Revolución Fusiladora y por los 18 años de proscripción del peronismo, pero era una sociedad próspera.

Las políticas económicas implementadas por el genocida Martínez de Hoz, primer Ministro de Economía del genocida Videla apuntaron con total precisión a los pilares de ese modelo económico. Las privatizaciones, la desregulación económica, la apertura económica indiscriminada y la bicicleta financiera desintegraron el desarrollo industrial, el mercado interno, el Estado presente y poderoso, y la cohesión social que resultaba de todo ello.

El genocida Videla hasta los últimos días de su vida tuvo total lucidez. Entendía como pocos que el proceso iniciado en el 2003 era la derrota definitiva del país para pocos que se quiso implementar en 1976. En primer lugar, es una derrota política ya que bajo el liderazgo de Néstor Kirchner, la sociedad recupera la memoria, verdad y justicia. Una renovada Corte Suprema de Justicia declara imprescriptibles los crímenes de lesa humanidad, se anulan las leyes de obediencia debida y punto final, se anulan también los indultos. Una sociedad que no esconde su pasado, es la única que puede avanzar hacia el futuro. Además, el proceso político iniciado en el año 2003 convoca a las nuevas generaciones y así hoy también existe una juventud maravillosa. Jóvenes militantes que abrazan la política como la única herramienta efectiva de transformación social. Como los de la década del 1970, la mayoría son peronistas.

En segundo lugar, es una derrota económica. Porque a partir del año 2003 y con mucha fuerza desde el año 2007 en adelante, cuando asume la presidencia Cristina Fernández de Kirchner, se recuperan los principios económicos que se habían descartado desde 1976 en adelante: el trabajo como eje articulador de la sociedad, la democracia industrial como modelo de país, un poderoso mercado interno, un Estado recuperado para la regulación y la protección social y fundamentalmente la inclusión social, con mejoras permanentes en la distribución del ingreso.

El genocida Videla dio algunas entrevistas recientemente. Nunca expresó ningún tipo de arrepentimiento. Siguió reivindicando lo actuado, lo cual confirma que durante la dictadura militar no se cometieron errores: todo era parte de un plan de destrucción del movimiento peronista y del país. En las últimas entrevistas expresó con total claridad que el proceso iniciado en el 2003, para él y su generación de militares genocidas, había sido lo peor que les podía pasar. En una de sus últimas expresiones públicas, llamó a levantamientos contra la Presidenta Constitucional de todos los argentinos y argentinas. Pidió un Golpe de Estado.

No nos da alegría, pero si tranquilidad espiritual, que Néstor Kirchner haya bajado los cuadros del genocida Videla mientras él estaba en vida y que la justicia argentina lo haya condenado a cadena perpetua, condena que se cumplió efectivamente. El genocida Videla fallece en una cárcel común, luego de un proceso judicial con todas las garantías procesales que le dio una justicia que operaba bajo la Constitución Nacional y las leyes de la democracia.

La única tristeza que hoy apaña nuestro espíritu surge del convencimiento que el genocida Videla se lleva a su tumba secretos que podrían ayudar a recuperar nietos y conocer la verdad, a que haya más memoria y justicia. Sin embargo, la lucha de las Abuelas hace rato es la lucha de todos y todas y va a continuar por muchos años más. Un Pueblo no claudica fácilmente. Muchas veces los genocidas, los vendepatria, los oligarcas creyeron que lo habían derrotado. Hoy se demuestra que no es así. Que la victoria del Pueblo es definitiva. El movimiento peronista está más vivo que nunca y el país está de pie. El genocida Videla así lo entendió antes de morir.

Roberto Arias
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