26 de octubre de 2012
Instituto Gestar

Néstor, hoy y siempre

Preparé el mate y comencé a acomodar un poco, ese día se iba a realizar el Censo Nacional.  Casi como un reflejo, prendí el televisor y apareció una placa con la triste noticia de la muerte de Néstor Kirchner. Pensé que era una operación, de terrible mal gusto, pero operación al fin. Cambié de canal como un loco, buscando confirmar mi hipótesis, pero no. La placa era cierta.

No lo podía creer. Gestar, su creación, llevaba unos pocos meses, pero a mí me habían alcanzado para darme cuenta del cambio que estaba ocurriendo en el país. Toda una generación se estaba comenzando a movilizar por sus sueños, por sus ideales y día a día se hacía más fuerte sobre la base de la entrega y el compromiso.

El legado de Néstor se resume en su discurso inaugural y sobre todo en aquel “no vine para dejar mis convicciones en la puerta de la casa rosada”. Nos legó la pasión por hacer, pero no de cualquier manera y nos devolvió por sobre todas las cosas la autoestima. Hoy, después de Néstor, hay un pueblo que se siente orgulloso de ser argentino y que está dispuesto a lo que sea necesario para mantener en lo alto las banderas de la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social.

Hoy como cada 27 de octubre lo recordamos sin llorar ni lamentarnos, lo recordamos por los caminos que construyó, por el rumbo que nos marcó. Claramente emocionó nuestro corazón y nos sentimos no sólo queridos, protegidos y ayudados sino por sobre todas las cosas valorados.

Sentimos que nuestros sueños de una Patria más libre, más justa y más soberana fueron interpretados. Con su ejemplo nos mostró que el amor se canaliza a través de la entrega y el compromiso.

Hoy como siempre lo recordamos con piedad por sus errores y comprensión por sus debilidades, de ello nos enseñó que sólo el que hace se equivoca, sólo el que apuesta se confunde.

Con mucho cariño lo recordamos por sus virtudes, pero por sobre todas las cosas sentimos que no le cabe el olvido, no sólo cumplió con su deber de hombre, sino también con su deber de compañero y de argentino. Por todo esto hoy lo recordamos y donde quiera que esté queremos que sepa que sus sueños son nuestros, y tal como dice su compañera de toda la vida: no nos detendremos mientras quede un pobre en la patria.

Viva Perón, Viva Evita, Viva Néstor

Martin Raposo

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