El despertar de la juventud, unida y organizada, como corazón y músculo de estas transformaciones también nos hacen recordar al proceso de movilización política del “luche y vuelve”, donde toda una generacion se comprometió a hacer todo lo necesario para cerrar una oscura etapa de la vida política de nuestro país, durante la cual la principal fuerza política estaba proscripta y el líder estaba privado de vivir en su tierra.
En los albores de esa larga noche negra de nuestra historia, el 9 de junio de 1956, se produce uno de los hechos más sangrientos en manos de la oligarquía y en contra del movimiento nacional: eran asesinados a sangre fría, fusilados luego de un “juicio sumarísimo” los líderes de una rebelión en contra del régimen de facto.
El salvajismo de las fuerzas que derrocaron al gobierno popular de Perón era algo no visto en esa época. Perón también sufrió rebeliones militares y civiles, pero nunca se le ocurrió fusilar a sus líderes. Durante el bombardeo del 16 de junio de 1955 a la Plaza de Mayo, donde hubo centenares de muertos inocentes, también la reacción mostró su cara más violenta: siempre estuvieron dispuestos a todo para que prevalezcan los intereses de las minorías.
Aquí se ve una diferencia entre el gobierno de Perón y la oposición de aquella época: el peronismo es una fuerza profundamente democrática, en contra de lo que nos ha dicho la historia liberal. Nunca el peronismo accedió al poder sin elecciones generales y libres. Durante los años muchos años donde los gobiernos eran de facto o semidemocráticos (100elecciones con partidos o candidatos proscriptos), la democracia estaba dañada de muerte, pero cuando gobierna el peronismo lo hace con los votos.
Esta es también un característica del proceso que hoy vivimos. La Presidenta, hace dos semanas, aclaró este punto en unos de sus magistrales discursos, cuando dijo, “nuestro movimiento es nacional, popular y democrático”. Hoy vivimos un etapa donde las libertades civiles están totalmente garantizadas, porque gobierna el peronismo. La libertad de prensa es simplemente absoluta. No se recuerda otro momento histórico donde los periodistas tuviesen la posibilidad decir cualquier cosa sobre los líderes democráticos, incluso mentiras como lo hacen diariamente los medios hegemónicos.
Nuestro movimiento hoy tiene un líder, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que expresa el sentir popular y por eso gana elecciones y por eso vivimos esta primavera de la democracia. Hoy hay muchos opositores que se rasgan las vestiduras con la democracia, con la libertad, con la Constitución, pero a la vez cuestionan en forma contínua la legitimidad de un gobierno que está en el poder porque ganó las elecciones generales en forma categórica, en las que tuvo participación récord la ciudadanía.
Hoy rendimos nuestro homenaje al General Juan José Valle que le dice en la carta que le dirige al dictador Aramburu, estando ya condenado a muerte:
“ Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría”.
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