8 de mayo de 2016
Instituto Gestar

PARLASUR, LA NUEVA CLAVE DE LA INTEGRACIÓN

por Jorge Taiana, Ex canciller de la República Argentina. Primer candidato nacional para el Parlasur (100FpV)

Las elecciones para parlamentarios del Mercosur han puesto la integración regional en el centro del debate. En nuestro país la mayoría coincide en valorar su importancia, pero aún subsisten visiones que defienden a ultranza la apertura económica indiscriminada sin medir sus consecuencias nefastas sobre la producción nacional y el empleo, tal como ocurrió en nuestro país en la década del 90.

En un escenario marcado por la crisis mundial y la desaceleración del crecimiento económico es importante destacar el rol central que debe tener la integración regional en todo proyecto de desarrollo de país y ante los desafíos que deberemos enfrentar en los años venideros en este mundo cada vez más complejo y competitivo en el que vivimos. Así lo entendía hace más de medio siglo el general Juan Perón cuando impulsaba el ABC y la unidad latinoamericana. 

La Argentina, como cualquier país “mediano” –por niveles de población, tamaño y producción–, debe bregar por el pleno funcionamiento de las reglas del multilateralismo para que se le garantice la aplicación de las normas que rigen el derecho internacional. Pero, para que el sistema multilateral realmente funcione, es condición necesaria la existencia de un mundo multipolar. Multilateral y multipolar son palabras parecidas, pero tienen distinto significado. 

La multilateralidad está asociada al sistema de Naciones Unidas concebido en la posguerra, mientras que la multipolaridad nos habla de un mundo como el que está surgiendo, donde aparecen nuevos puntos de acumulación que muestran que el escenario con una o pocas potencias hegemónicas está en franco proceso de cambio.

En este nuevo contexto global, una de nuestras prioridades como país es trabajar para volver a darle impulso a la integración en un mundo que avanza hacia la consolidación de bloques, porque pretender navegar en solitario es quedar a merced y subordinado a los grandes poderes económicos y políticos. 

La Argentina debe seguir apostando al multilateralismo y al multipolarismo, a la vez que en simultáneo debemos trabajar para fortalecer la integración regional, que es nuestra realidad cercana y la principal herramienta para el desarrollo económico de nuestros países, así como también nuestro instrumento político de fuerza en un debate global que se rige cada vez más por bloques regionales fuertes.

Debemos recordar que, a partir de la recuperación de la democracia en la región y en especial de la creación del Mercosur, dirigentes políticos, empresarios e intelectuales de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay comenzaron a comprender la importancia y potencialidad de la integración regional en todas sus dimensiones. 

Sin embargo, en los años 90, a la luz del paradigma económico hegemónico de la década, la asociación entre los países se focalizó en administrar los flujos comerciales y los conflictos derivados de ellos en distintos sectores económicos. Esta visión “mercantilista” y limitada de la integración fue replanteada a partir de los nuevos liderazgos que surgieron en la región y que revalorizaron al Mercosur desde una perspectiva más integral.

 

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A lo largo de estos años, profundizamos la integración económica, social y política del Mercosur, con la inclusión de nuevos países miembros y un claro avance en el relacionamiento externo del bloque con la creación de distintos foros birregionales y con la coordinación en ámbitos multilaterales en defensa de la agenda de los países en desarrollo. 

También logramos una buena articulación entre los países miembros en decisiones trascendentes como fueron el “No al ALCA” y la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (100Unasur). En síntesis, trabajamos para construir una relación estratégica que le permitiera a cada uno de los miembros del bloque aprovechar y potenciar las oportunidades del proceso de globalización, al tiempo que nos ayudara a minimizar los riesgos que ella implica, superando así la vieja visión defensiva que prevaleció durante años.

 

Nuevo debate para más y mejor integración

Hoy volvemos a asistir a la discusión respecto del modelo de integración que conviene a nuestro país. En realidad, en toda la región se da este debate entre dos modelos de inserción en el escenario internacional: uno que apunta a la consolidación de la Patria Grande y el otro que sigue apostando al libre comercio como solución a los problemas económicos que atraviesan nuestras economías.

En mi rol actual de candidato a primer diputado nacional al Parlasur por el Frente para la Victoria y como ex canciller de Néstor y Cristina, estoy convencido de que nuestro desarrollo como país en gran medida depende del fortalecimiento y de la profundización del proceso de integración. Individualmente, como país no podremos alcanzar los desafíos que nos impone un mundo cada vez más complejo y diverso.

¿Qué quiere decir el fortalecimiento del bloque y la consolidación de la integración regional?

En términos económicos-comerciales, al interior del Mercosur, debemos trabajar profundamente en la consolidación de cadenas productivas integradas, capaces de resistir la enorme presión y competencia del resto del mundo como consecuencia de la profundización del proceso de globalización productiva y de la desaceleración del comercio mundial a raíz de la crisis económica.

Para lograrlo resulta imprescindible sostener la decisión política que hubo en estos años. La integración implica negociar, darles prioridad a determinados sectores y reconvertir otros. 

Hace tan sólo unas semanas asistimos con optimismo al ingreso pleno de Bolivia al Mercosur. Con este hecho se ha dejado en evidencia que, más allá de las voces agoreras del proceso de integración, el camino iniciado en los 80 y reencauzado y profundizado en la última década está claro y la vitalidad del bloque ha quedado demostrada para todos.

El Parlasur como herramienta política

Además de la incorporación de nuestros hermanos bolivianos al Mercosur como miembros plenos, la próxima votación popular para elegir a los miembros del Parlasur en la Argentina genera expectativas para dar un nuevo impulso a nuestra asociación.

Las elecciones de octubre nos abren un interesante espacio para debatir qué Mercosur queremos, qué Mercosur necesitan nuestros países y qué Mercosur debemos construir entre todos. 

El Parlasur constituye la herramienta política del Mercosur y confío en su capacidad de canalizar las expectativas, atender las necesidades y sintetizar las demandas de los distintos actores de nuestros países. 

En virtud de esta creencia es que encaramos, con el equipo de candidatos del Frente para la Victoria, una recorrida por distintas provincias de nuestro país para recoger las inquietudes y conocer más en profundidad las realidades que viven nuestras distintas regiones. En cada uno de esos viajes pudimos reunirnos con distintos actores locales y los principales referentes para empezar a elaborar proyectos que nos permitan potenciar las ventajas que puede ofrecer la integración a las economías regionales. 

Creo que la elección directa de parlamentarios para el Parlasur ayudará mucho en el trabajo de fortalecimiento e institucionalización del bloque regional. La decisión de avanzar en la representación y el voto directo de nuestros diputados profundiza la integración poniendo al pueblo, a través de sus representantes, a trabajar en conjunto. 

En el Frente para la Victoria creemos que la integración es absolutamente necesaria para el desarrollo sustentable de nuestros países. 

La conformación de un bloque regional nos permite identificar y fomentar las complementariedades sectoriales, cooperar y coordinar en materias tan importantes como infraestructura, ciencia y tecnología, desarrollo nuclear y espacial, protección de los recursos naturales y del medio ambiente, así como avanzar en la consolidación y profundización de la institucionalidad del Mercosur, donde el Parlasur juega un papel central.

Entre nuestras propuestas concretas están: 

Fortalecer el Mercosur educativo, dado que casi todos los países miembros del Mercosur se han propuesto como principales líneas de acción –al interior de sus gobiernos– la ampliación de la cobertura de la educación infantil, la necesidad de mejorar la calidad en la educación básica obligatoria, la obligatoriedad de la escuela secundaria y políticas de inclusión educativa, así como diversas propuestas en el nivel superior. Este contexto que presentan los países del Mercosur permite un trabajo conjunto para sacar provecho de las experiencias exitosas en nuestros países y profundizar los procesos de inclusión educativa e integración entre los vecinos. 

Estimular la cooperación con otros parlamentos regionales, como el Parlamento Centroamericano y el Parlamento Europeo, poniendo el acento y el trabajo en la integración parlamentaria y la cooperación regional. 

Prestar mutua colaboración en la ejecución de actividades y proyectos en el campo de las relaciones interparlamentarias y el fortalecimiento de la institucionalidad regional entre otros temas que sean de interés común para los distintos bloques regionales.

Promover alianzas estratégicas con otras instituciones nacionales, regionales e internacionales con el propósito de cumplir los objetivos impulsados desde el Mercosur. 

Hoy vemos que vuelven a recrudecer las operaciones mediáticas tratando de desprestigiar el rol del legislador del Parlasur, pero en verdad esconden su intención de impulsar otra visión del proceso de integración regional, aquella que promueve un lazo dependiente de la estrategia que los centros de poder tienen para el mundo y para Latinoamérica en especial.

Los detractores del Parlasur con sus críticas quieren atacar el modelo de integración, el voto popular, el bloque regional, la potencialidad de nuestros países unidos y nuestras economías integradas.

En definitiva, nuestro anhelo es aportar y contribuir a que el impulso por una mayor y mejor integración obtenga un fuerte respaldo político. 

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