9 de mayo de 2013
Instituto Gestar

Protegiendo la Mesa de los Argentinos

Supuestamente, mientras más alto sea este, mayor serán las posibilidades de la economía de producir internamente y mayores sus posibilidades de participar del mercado internacional, debido a los incentivos que tendrían los productores de bienes transables, es decir los bienes que se exportan. Lo que no nos dicen es cómo este tipo de cambio más elevado afectaría al salario real de manera negativa, afectando el consumo, el mercado interno y por lo tanto a todos los sectores de la economía. Esta propuesta devaluacionista esconde su verdadero propósito, que no es otro que producir una transferencia de recursos de los sectores asalariados a los exportadores de commodities.

La cuestión acerca de la devaluación hace a la esencia del modelo económico vigente, que no es otra cosa que una serie de medidas tendientes a garantizar la generación de empleo y una mejor redistribución del ingreso, sobre la base de una valorización productiva de la economía. Esto significa trabajar desde el Estado para crear las condiciones macroeconómicas que inviten a seguir invirtiendo y a seguir generando puestos de trabajo.

El mensaje es muy claro para aquellos que creen que la devaluación es la solución a los problemas de competitividad. Cristina fue contundente en su discurso del día 6 de mayo cuando dijo que «los que pretendan ganar plata a costa de devaluaciones que tenga que pagar el pueblo, van a tener que esperar otro gobierno.»

Ante este escenario, nuestra Presidenta anunció una medida para el sector triguero que persigue por un lado dar respuesta a la situación puntual del sector de mejora de su competitividad.

Con la creación del Certificado de Estímulo a la Producción Agropecuaria Argentina (100CEPAGA), se quiere lograr una mejora en la rentabilidad de los productores trigueros, y de esta manera quebrar con una tendencia declinante que ha tenido el sector en materia de área implantada y de cosecha.

Este certificado funcionará como una especie de plazo fijo que será devuelto al productor, según la producción que haya alcanzado y se financiará con las retenciones a las exportaciones de trigo y de harinas. Es decir, mientras más produzcan, mayor será el monto de su certificado. Si bien los montos no se encuentran definidos se estima que rondará los 15 puntos porcentuales del precio del cereal.

Argentina es uno de los principales productores y exportadores de trigo del mundo y con esta medida se espera recuperar la cantidad de hectáreas sembradas, perdidas en su mayoría frente a la soja, y lograr de esta manera una mayor producción, que derivaría principalmente en mayores saldos exportables. De este modo, se protege a los que producen el pan, las galletitas, los fideos y otros alimentos insustituibles en la mesa de los argentinos. Mayor rentabilidad, más competitividad y más producción, pero sin afectar el bolsillo del pueblo argentino. Esa ha sido y sigue siendo la esencia del modelo económico, desde que Néstor asumiera la presidencia hace casi 10 años, el 25 de mayo del 2003. Hoy más que nunca Cristina sostiene con gran convicción los mismos principios, esos que no quedaron en la puerta de la Casa Rosada.

Martin Raposo
@martinraposo

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