5 de abril de 2017
Instituto Gestar

¿Qué te han hecho, trigo?

Por Daniel Semper

La campaña de trigo 2016/17 fue muy particular para el Ministerio de Agroindustria. Mensualmente, el Ministerio realiza proyecciones sobre la campaña de trigo, detallando la expectativa de siembra y estimaciones de producción e incluyendo en su actualización los diversos factores que modifican las cifras, mes a mes.

Los informes de la campaña de trigo, que se publican a partir del mes de mayo, en 2016/17 arrojaron datos y vaivenes que se detallan a continuación.

– Mayo. Las expectativas de siembra se ubicaban en las 5,3 millones de hectáreas. No obstante, señalaba este reporte: “se debe tener en cuenta que las actuales condiciones en que se desarrolla la cosecha gruesa pueden ocasionar secuelas negativas, como ser el estado de los lotes, transitabilidad de caminos, e incluso la situación financiera de los productores, que pueden dar lugar a modificaciones en la cifra mencionada”. Reiteramos, “secuelas negativas”, es decir, posibles modificaciones hacia la baja.

– Junio. La siembra de trigo alcanzaba al 32% de la intención de siembra. Se corrigieron las proyecciones estimando en 5,34 millones las hectáreas a sembrar (10040 mil hectáreas más respecto a la proyección de mayo). Adicionalmente, seguían los retrasos en la siembra.

– Julio. El informe daba cuenta de las dificultades registradas por diferentes fenómenos climáticos adversos, recortando la estimación en casi cien mil hectáreas, hasta las 5,25 millones de hectáreas“La persistencia de excesos hídricos y ascenso de napas en algunas zonas, determinan no solo el retraso en las siembras, sino que al sobrepasarse la ventana de siembra, productores van declinando en proseguir las implantaciones” consignaba el informe.

– Agosto. El avance de la siembra de trigo alcanzaba al 94 % de la intención relevada, y se realizó un nuevo ajuste hacia la baja, ubicando la proyección en las 5,19 millones de hectáreas debido, nuevamente, a los motivos expresados en el informe de julio (100la persistencia de excesos hídricos, el ascenso de napas en algunas zonas y por sobrepasarse la ventana de siembra, productores que declinaban la decisión de sembrar).

– Setiembre. La siembra de trigo ya había finalizado, se volvió a recortar el área en doscientas mil hectáreas, fijándose en 5,17 millones de hectáreas la estimación para esta campaña, ya que lo avanzado del año no permitió cubrir las intenciones de siembra iniciales.

– Octubre. Se repite la misma estimación, habiendo comenzado la cosecha en el norte del país.

– Noviembre. Se consignaron 5,26 millones de hectáreas sembradas (100una corrección a la suba de 90 mil) y se publicó la primera estimación de producción: 14,9 millones de toneladas, cifra similar a la que a la postre emitirían las bolsas.

– Diciembre. El avance de la cosecha alcanzaba el 73%, se realizó una pequeña corrección a la baja de estas proyecciones, ubicando la superficie de trigo en 5,23 millones de hectáreas y la producción probable en 14,7 millones de toneladas. Hasta aquí, el personal técnico del MINAGRO que opera en las distintas delegaciones del país estimaba en 66 mil las hectáreas perdidas que no serían cosechadas.

– Enero. Apareció un crecimiento de la superficie calculada de ciento diez mil hectáreas con respecto al informe anterior, volviendo a foja cero todo el seguimiento técnico que se había hecho en los sucesivos informes a lo largo de la campaña y retomando la mayor estimación de 5,34 millones señalada en junio como intención de siembra. Pero aún más extraño resultó el aumento de la producción proyectada: de 14,7 a 16,5 millones de toneladas, más de un 10% desde el informe inmediato anterior (100de diciembre) publicado con el 73% de la superficie cosechada, frente a éste, con el 99% de la cosecha efectuada. Se estimaban hasta esta fecha unas ochenta y tres mil hectáreas perdidas. Más raro aún resulta la explicación publicada en el mismo informe: “la escasez de lluvias en esta zona (100se refiere a la zona núcleo triguera) hacia el final del desarrollo del cultivo, no se reflejó (100en general) en una abrupta caída de rendimientos”. Por el contrario, en lugar de una abrupta caída, la sequía provocó una abrupta suba de las proyecciones, cosa de mandinga.

– Febrero. Siguiendo la estrategia adoptada por el INDEC, se cambió el dato de superficie sembrada de trigo. Desde 1934 hasta enero de 2017, el cálculo de superficie sembrada había relevado exclusivamente la destinada a grano. A partir de ahora, se incorpora también la superficie trigo para verdeos y de cobertura, una práctica bastante difundida en los últimos años principalmente en Córdoba, para recuperar bajos anegados, aprovechando los requerimientos de agua del cultivo de trigo. A partir de esta nueva estrategia, violando la metodología (100y el sentido común) al comparar datos no comparables entre sí, la superficie pasó a 6,36 millones de ha, 45% más que la campaña anterior. Esta estimación fue un 20% mayor que la realizada dos meses antes por el mismo equipo de técnicos. Aún más incomprensible es que las pérdidas pasaron de 83 mil ha en el informe de enero (100con el 99% de la superficie cosechada) a…¡¡800 mil ha!! En el informe de febrero. Implica un error garrafal de un equipo de técnicos altamente experimentado, algunos de ellos con décadas de su vida dedicadas a la realización de estimaciones agrícolas en las delegaciones donde se desempeñan: se les escaparon 9 de cada 10 hectáreas perdidas. Verdaderamente increíble.

Este aumento desmesurado de la estimación de siembra un mes después de haber terminado la cosecha, ofrece cobertura para incrementar la estimación de la superficie cosechada, que en el último informe de enero se estimaba en 5,26 millones de ha y creció repentinamente hasta los 5,56 millones de ha en febrero de 2017. Pero es más llamativo el crecimiento de la estimación de la producción, que llegaría casi a 18,4 millones de toneladas, casi un 25% por encima de la primera proyección oficial, de las estimaciones de las bolsas y de las que figuran en los reportes internacionales.

Ante este escandaloso récord histórico de la producción nacional del trigo, los agentes privados solicitaron una reunión para revisar los números oficiales. Así, representantes de las bolsas de Rosario, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos se juntaron en la oficina del Subsecretario de Agricultura y se sacaron una foto para el diario La Nación, que realizó la cobertura de la reunión. El matutino reflejó que “el encuentro fue cordial, aunque con algunos momentos tensos por las diferencias ”.

Según la reseña periodística, "la metodología (100del Gobierno) es válida en la teoría, lo que genera dudas son los resultados y si la metodología está bien aplicada…” y  completa: “Según trascendió, tanto el Gobierno como las bolsas quedaron en seguir trabajando en conjunto y cruzar datos”.

Destaca frecuentemente el ingeniero Mauricio Macri que “lo importante es el diálogo y el trabajo en equipo”. De tanto realzar esos conceptos, pareciera que algunos asumieron que tan buenas intenciones pueden estar por encima de la realidadY peor aún, que nadie se va a dar cuenta.

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